La estrategia de Sala Cuna y Jardín Cedin para un retorno seguro
Crédito: César Arroyo/Dircom
Con un aforo menor y otras medidas sanitarias, el equipo del Centro de Desarrollo Integral del Niño abrió sus puertas, preocupado del bienestar de los niños y niñas y sus procesos de adaptación.
Tras dos años de teletrabajo, no solo los padres y madres han retornado a sus ocupaciones fuera del hogar. Sus hijos e hijas también han debido reincorporarse a sus rutinas preescolares. En el caso de la UdeC, son 130 los niños y niñas que ingresaron este año al Centro de Desarrollo Integral del Niño (Cedin), que cuenta con instalaciones de sala cuna y jardín infantil, donde se atiende preferentemente a hijos e hijas de trabajadores y trabajadoras UdeC.
Aun cuando se encuentra abierto desde mayo de 2021, la presencialidad total comenzó en febrero de este año y de manera escalonada. Así lo señaló Marianela Rubilar Sagredo, subdirectora de Cedin, quien además comentó las estrategias especiales para la adaptación de los menores, muchos de los cuales nacieron durante la pandemia.
“El ingreso ha sido muy paulatino. Antes de la pandemia, teníamos la política de puertas abiertas para los padres y madres, pero hemos tenido que transar en ello y hoy solo llegan hasta la puerta. Sin embargo, sabemos que en el caso de la sala cuna dejar a los niños y niñas es doloroso y por eso, permitimos el ingreso a los padres los días previos al inicio oficial de clases, por turnos, para que las familias conocieran las salas y conversaran con las educadoras y técnicos. En sala cuna hay muchas mas aprehensiones, que son muy naturales. Los padres necesitan conocer a las personas, espacios y materiales con los que van a trabajar”.
Otra de las estrategias exitosas fue el envío de fotografías de las educadoras y de las salas de clase a los padres, para que armaran un álbum en conjunto con sus hijos e hijas. “Enviamos por correo fotos del personal que trabajaba en las salas, sin mascarillas, para que los niños las vieran, además de las salas y los materiales que se utilizan. Eso lo imprimieron y lo armaron como un librito, y nos ayudó mucho al proceso de adaptación”, detalló.
Equipo multidisciplinario
La subdirectora mencionó además que este año, como es tradicional, Cedin cuenta con un equipo de apoyo a la labor de las educadoras, el que está integrado por una psicóloga, una fonoaudióloga, una nutricionista y docentes de inglés, francés y yoga, quien además hace las actividades de psicomotricidad. Este equipo comenzará sus talleres en abril, aunque algunas profesionales ya se encuentran realizando evaluaciones, como es el caso de la fonoaudióloga. Con este diagnóstico, se tendrá claridad de quienes necesitan algún tipo de apoyo, para realizar actividades personalizadas. El apoyo psicológico también ha sido importante.
“Nuestra psicóloga también entra a sala y apoya a las educadoras, porque los procesos adaptativos ahora en pandemia han sido bastante complicados y más prolongados. Son niños que, en el caso de los de sala cuna, nacieron en pandemia. Los niños de jardín interrumpieron su proceso, primero vino el estallido social y luego la pandemia, asi que requieren bastante apoyo, porque la socialización estuvo bastante coartada”, añadió.
En cuanto a los protocolos de seguridad, además de los procesos regulares de sanitización se agrega la limpieza total de los materiales y espacios después de la jornada, así como el control y registro de todos quienes ingresan al establecimiento. Dadas las condiciones actuales y los protocolos, la matrícula de este año es de 130 niños, cuando la capacidad total es de 182. “Otra medida que tomamos es que el personal de alimentación funciona por turnos, para que siempre pueda haber un equipo funcionando. Respecto a la matrícula, sabemos que los protocolos se han ido modificando, y nosotros seguramente iremos también modificando nuestra capacidad”.
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