Talentos UdeC certificó a profesores y profesoras que completaron diploma en Educación Socioafectiva

Con el convencimiento de que los docentes tienen un papel fundamental en el acompañamiento emocional de sus estudiantes, el Programa Talentos UdeC certificó la tarde del jueves a 17 profesores y profesoras de Arauco, Curanilahue, Lota, Coronel, Chiguayante, Talcahuano, Yungay y Quilleco que concluyeron el Diploma en Educación Socioafectiva para Educadores.

El propósito de este diploma es aportar desde el modelo educativo del programa al bienestar de los educadores, para que puedan apoyar de mejor manera a sus estudiantes en el proceso formativo.

La ceremonia, realizada vía Zoom, fue encabezada por la directora de Talentos UdeC, Gracia Navarro Saldaña, quien situó esta formación en el contexto de la pandemia y las mayores exigencias a que se han visto enfrentados los docentes producto de las condiciones sanitarias.

En ese sentido, la psicóloga educativa y especialista en educación emocional explicó que este diploma se propuso ayudar a los profesores y profesoras que integran la comunidad Talentos UdeC- y a través de ellos a los niños y niñas que forman parte del programa- a enfrentar de mejor manera este período, fortaleciendo sus competencias emocionales.

“Formar seres humanos es una tarea bastante compleja y para ser profesores, educadores -no necesariamente pedagogos- es fundamental que nosotros nos formemos primero. Esto implica humanizarnos en el sentido de desarrollarnos en todas las áreas que comprende nuestra vida; humanizarnos en el sentido de reconocer nuestra esencia como seres humanos, aceptarnos como somos y valorarnos”, dijo la Dra. Navarro.

“No es tarea fácil, pero hay que humanizarse en algún momento de la historia.  A los 20 años, a los 40, a los 60, a los 70.  Es fundamental hacerlo. Solo así, yo creo que podemos contribuir a la formación de otros seres humanos”, afirmó.

Este diploma, que también se impartió a madres y padres de estudiantes adscritos a Talentos UdeC -ellos recibieron sus certificados en octubre- estuvo centrado en la comprensión de los elementos fundamentales de la educación socioafectiva, la valoración de la importancia de la gestión emocional en los Educadores y el uso de estrategias para gestionar sus emociones y ayudar a otros a hacerlo, explicó Gracia Navarro.

En la oportunidad, la coordinadora académica de Desarrollo Docente del Programa Talentos UdeC, María Gracia González Navarro, impartió una conferencia en la que se refirió a la importancia del desarrollo y educación emocional en el sistema educativo y su abordaje en el currículo.

De acuerdo a González, uno de los objetivos de este diploma es contribuir “a integrar el desarrollo socioafectivo al currículo. La idea  es que mientras no se haga de manera explícita a nivel nacional, podamos partir por nuestras aulas, por nuestros colegios”.

La psicóloga explicó que la educación socioafectiva apunta a que cada niño y niña “alcance a ser su mejor versión para ellos mismos y para  otros, para también aportar (a otros)” e indicó que ello implica, también, el desarrollo de vínculos positivos con adultos, en este caso, los profesores.

“Desarrollamos emocionalmente a nuestros estudiantes en la medida en que somos competentes emocionalmente.  En eso han estado ustedes durante este tiempo, desarrollándose”, dijo a los y las profesoras que completaron el diploma.

En su conferencia, María Gracia entregó fórmulas para la implementación de un currículo socioafectivo, a partir de un modelo que contempla 4 pasos: comprender y definir una visión; decidir y diseñar; planificar e implementar, y monitorear y ajustar.

Reconocimientos

Durante la ceremonia se entregaron reconocimientos a las profesoras Andrea Arévalo Vera, Macarena Barra Herrera y Doralisa Castro Jiménez, por haber cumplido con el 100% de asistencia a clases.

El sentir de los graduados fue expresado por la profesora del Liceo Isabel Riquelme, de Quilleco, Carola Sepúlveda Navarro, quien valoró este diplomado, entre otras cosas,  por la  conexión que pudo lograr con sus pares.

“Fue una oportunidad para conocernos, pero no conocernos como siempre lo hacemos, desde lejos.  Fue todo lo contrario, compartimos experiencias, muchos liberamos nuestros fantasmas; otros se sinceraron y, por primera vez, fuimos personas, no profesores, no docentes, no colegas; solo seres humanos descubriendo nuestras emociones y reconciliándonos con nosotros mismos”, señaló.