"Trabajar en la UdeC es un salto de calidad tremendo para mí": Juan Ignacio Armoa revela desafíos en el vóleibol

Argentina es un país que respira deporte. Con múltiples campeones y campeonas mundiales, tanto a nivel individual como colectivo, la gama de actividades deportivas que practican sus más de 45 millones de habitantes es muy diversa. Sin duda el fútbol es la principal, pero no hay una diferencia tan grande como la que existe en Chile en relación a la poca práctica de otras actividades.

Una de ellas es el vóleibol. Los amantes del deporte recordamos a Marcos Milinkovic en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, quien condujo a Argentina a derrotar a Brasil en los cuartos de final, cortando una racha de 21 victorias cariocas consecutivas, y de paso llevándose el premio al mejor jugador de dicha cita deportiva.

En aquella ocasión también estaba presente en cancha el considerado mejor jugador de la historia del vóleibol argentino: Hugo Conte, medallista de bronce en los JJ.OO. de Seúl 1988. Al año siguiente de aquella gesta (1989) nació su hijo Facundo, quien quiso dedicarse también al deporte donde su padre brilló. Ahí surge una fórmula que ha tenido más sinsabores que éxitos, pero en este caso se dio lo último. En los últimos JJ.OO. de Tokio 2021 —una vez más frente a Brasil—, Facundo fue uno de los que le dio a Argentina su segunda medalla de bronce.

Seguir el camino de un padre o una madre destacada en una actividad específica es complejo, claro está. Pero muchas veces “la sangre tira”. Es el caso de Juan Ignacio Armoa, actual jefe técnico de la Rama de Vóleibol de la Universidad de Concepción. Su padre, Fabián Armoa, es entrenador del multicampeón UPCN San Juan Voley, equipo donde ha conseguido ocho títulos en la competitiva Liga Argentina, además de dos campeonatos sudamericanos e incluso dos terceros lugares en el Campeonato Mundial de Clubes.

Fabián y Juan Ignacio Armoa / Somos Voley

Camino propio

Desde niño, Juan Ignacio creció impregnado por el vóleibol. Nacido en Ciudad Evita, a las afueras de Buenos Aires, es profesor de Educación Física por el Instituto Vélez Sarsfield. A sus 26 años ya es el jefe técnico del vóleibol UdeC, encargado de las selecciones femenina y masculina.

Tras exitosos pasos por categorías infantiles en su país de origen, Juan Ignacio cuenta que “en 2018 me uní a un proyecto del Stadio Italiano en Santiago de Chile, en el cual estuve trabajando casi un año y medio. Por diferencias decidí dar un paso al costado y me alejé un poco del deporte y me puse a trabajar más en colegios”.

Luego de un año tuvo la oportunidad, “gracias a referencias y a mi trabajo, de poder trabajar en el proyecto de la Universidad de Concepción. Trabajar en la UdeC es un salto de calidad tremendo para mí, ya que representar a una de las mejores universidades del país y trabajar con chicas que son universitarias es un desafío muy grande”, expresa.

“A mi corta edad no puedo imaginarme un mejor panorama para poder desarrollarme como profesional. El vóleibol para mí es el deporte con el que me crié, que me inculcaron mis padres desde muy chico”, añade.

Armoa dando instrucciones / Sebastián Rubio @chebainstagram

Proyección UdeC en la Liga A1 Femenina

Hace un par de semanas comenzó la Liga A1 Femenina de Vóleibol 2021, donde compiten ocho equipos. La Universidad de Concepción abrió con un triunfo frente a Club Deportivo Alemán y después ha cosechado tres derrotas, lo cual no desanima a Armoa, quien ve a las universitarias como un equipo de proyección, siendo el objetivo principal permanecer en la Liga A1, aunque no oculta su deseo por estar entre las cuatro semifinalistas.

Reconoce que fue un gran alivio para todas y todos poder retomar la actividad. “Las chicas esperaban con muchas ansias volver a encontrarse en una situación de competencia que permita medirse ante equipos que viene entrenando hace mucho más tiempo, para así saber dónde iniciamos y marcar un rumbo definido”.

Cabe destacar que el equipo femenino de la UdeC cuenta en sus filas con jóvenes promesas que han llegado gracias a las Becas Deportivas de la casa de estudios, herramienta que actualmente permite también la formación de valores aún más noveles.

“Nosotros como Universidad tenemos la posibilidad de otorgar las Becas Deportivas a las jugadoras avaladas por su currículum deportivo. Tenemos cuatro o cinco jugadoras que queremos proyectar para dichas Becas y para eso están entrenando todos los días en la Casa del Deporte y participando de forma activa, como así tenemos jugadoras que ya están finalizando sus estudios y que han participado de este mismo proceso”, manifiesta Juan Ignacio Armoa.

Diferencias

El jefe técnico del vóleibol UdeC considera que las ostensibles diferencias entre Chile y Argentina a nivel deportivo se dan, primero, por la cantidad de población que practica deporte, recordando que Argentina tiene más del doble de habitantes que nuestro país.

Segundo, “en mi país se apuesta mucho a las políticas deportivas. Al tener más habitantes  hay más posibilidades de conseguir títulos, grandes logros y objetivos. Siempre se le ha apostado más. Argentina tiene grandes leyes en relación al deporte. Por ejemplo, cualquier persona que tiene una cuenta de telefonía móvil en una compañía determinada, dentro de su factura el 3% de cada mensualidad va dedicada al Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo)”.

Aunque rescata que en cuanto a infraestructura, materia prima y recursos humanos, Chile tiene mucho potencial para seguir desarrollándose. “Vas a cualquier gimnasio y tienes una multicancha con un techo alto donde puedes practicar una infinidad de deportes y eso es muy valorable, en Argentina las instituciones muchas veces no cuentan con esas condiciones, además que no se le da la seriedad que corresponde a los profesionales que trabajan en el deporte como sí se hace acá”, finaliza.