Cada 14 de octubre, el mundo conmemora el Día Mundial de la Donación de Órganos, Tejidos y Trasplantes, una fecha que invita a reflexionar sobre la importancia de donar y a valorar este gesto como una de las expresiones más profundas de solidaridad humana. De acuerdo al Ministerio de Salud, en Chile 1875 personas esperan un riñón, 21 páncreas, 60 pulmón, 19 corazón y 247 un hígado.
De acuerdo con la Ley 19.451 de Chile, toda persona mayor de dieciocho años será considerada como donante de sus órganos una vez fallecida, “a menos que hasta antes del momento en que se decida la extracción del órgano, se presente una documentación fidedigna, otorgada ante notario público, en la que conste que el donante en vida manifestó su voluntad de no serlo”.
Pacientes que tengan un cáncer activo, pacientes con VIH, hepatitis B y C, son personas, que aunque manifiesten su deseo de donar, no pueden hacerlo.
“Son criterios de exclusión absoluta. Cada paciente se evalúa caso a caso y se ve si cumple criterios”, ahondó el médico Jefe de la Unidad de Procuramiento del Hospital Guillermo Grant Benavente (HGGB), Dr. Juan Eduardo Hermosilla Panés.
¿Qué se puede donar?
En Chile existe donación de órganos y tejidos. Los órganos que se pueden donar son corazón, pulmón, riñones, hígado, además de páncreas, “siendo este programa uno de los que tiene menos desarrollo”, afirmó el Dr. Hermosilla.
El también médico internista sumó que se pueden donar algunos tejidos, como corneas, piel y hueso. “El HGGB es un referente a nivel nacional con sus programas de trasplante, sobre todo trasplante renal, con un número mayor a 30 al año”.
Existe la donación de donante vivo, tanto de órganos como de tejidos. De órganos es posible donar riñón e hígado. De tejidos es posible donar membrana amniótica, hueso proveniente de cabezas femorales y piel, explicó el Dr. Hermosilla.
La asignación de un órgano donado
Uno de los mitos que más han alimentado las series y películas es la compra ilegal de órganos. Aquí en Chile, la lista de espera es una, sin importar el origen, cargo o dinero de quien necesite un trasplante.
“Las listas las maneja el Instituto de Salud Pública (ISP) son listas únicas, nacionales. Aquí no tiene nada que ver si eres del sistema público o el sistema privado. La lista en ese sentido es ciega, no sabe”, explicó la docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción, Patricia Grez Spikin.
La tecnóloga médica contó que cada paciente en espera de un órgano tiene una serie de exámenes registrados en el ISP, de modo que cuando aparece un órgano, “se hace un cruce con los datos del donante que llega, en base a puntajes también. Por ejemplo, uno de los puntajes es grupo sanguíneo”.
Entonces, explicó Grez, los pacientes más graves tienen un puntaje más alto. “Cuando haya una patología que es aguda, es prioridad nacional. Si no se lo trasplantan, se mueren”. Además, contó, niñas y niños tienen prioridad en la asignación, siempre que los parámetros sean compatibles.
Un cambio de vida y el apoyo familiar
Walter Tatter Tapia fue operado de bypass al corazón en 2021. Tras una serie de controles, su médico tratante decidió iniciar el proceso de incluirlo a la lista de espera de trasplante, debido a que el corazón ya no estaba funcionando correctamente y, pese al procedimiento, se mantenía con presiones muy bajas.
Luego de 54 días hospitalizado, el corazón apareció. Walter, que había dejado su hogar en Reumén (Región de los Ríos) para estar controlado e internado en el HGGB de Concepción, ahí recibió la donación de un hombre de 44 años de Santiago.
Luego de un complejo operativo que permitió el traslado del órgano hasta la capital al Biobío, tras varias horas en pabellón con un equipo multidisciplinario, Walter tuvo un nuevo corazón. En recuperación permaneció en la UCI por semanas.
Lo que más le ha costado a Walter es asumir que su alimentación cambió para siempre. “Todas las comidas son cocidas, hay que llevar una diera estricta y no olvidar de tomar tus medicamentos a la hora”, contó.
“El proceso de trasplante no culmina con la cirugía; por el contrario, inicia una nueva etapa que requiere acompañamiento constante, seguimiento clínico y educación continua”, identificó la docente de la Facultad de Enfermería, Katherine Sáez Pulgar.
La Directora del programa de especialización en diálisis y trasplante renal destacó la importancia de educar al paciente y su familia en la adherencia al tratamiento inmunosupresor, el reconocimiento temprano de signos de rechazo o infección, y la adopción de hábitos de vida saludables que favorezcan la estabilidad del injerto.
El apoyo familiar es muy importante para la recuperación. “Yo estuve acompañado de mi madre y hermana en Concepción, quienes me dieron mucho apoyo”, contó Tatter, que valoró sentirse acompañado y reconoció que le ayudó a mantener buen ánimo mientras estuvo internado, “ya que muchos días hospitalizado cuesta mucho”.
Un mensaje para las familias
De acuerdo con estadísticas del Ministerio de Salud, en Chile se trasplantaron 300 órganos el 2000. 2024 cerró con 568, lo que es claro indicativo de mejora, pero aún quedan tareas por hacer. Argentina y Uruguay tienen un índice mucho mejor, debido a la constante campaña de concientización.
El espíritu de la donación de órganos se basa en la generosidad, la empatía y la solidaridad humana. “Pedir a la familia que ratifique la decisión de los pacientes, no significa poner en duda la voluntad del donante, sino proteger el significado del acto de la donación”, expresó el Dr. Hermosilla, a cargo de la Unidad de Procuramiento HGGB.
De esta forma buscan “evitar que un gesto de amor se vea ensombrecido por el conflicto y asegurar que la donación sea recordada por lo que realmente es, una expresión de humanidad en medio del dolor”
“Para algunas familias debe ser muy difícil ser donante, más sabiendo que estas perdiendo un ser querido. Lo que hay decirles a esas familias es que ese órgano le está dando vida a otra persona. Saber que una parte de su familiar que fue donada está viva”, expresó Walter, profundamente agradecido de ese hombre que donó sus órganos y le salvó la vida.
“Nosotros como familia queríamos agradecer personalmente (a la familia del donante) pero no te dan ningún dato”, reconoció.
“La muerte forma parte del ciclo de la vida y es algo de lo que no que estamos acostumbrados a hablar, pero es tremendamente necesario hacer”, cerró el Dr. Hermosilla.