Un equipo interdisciplinario de la Universidad de Concepción logró extender en milenios la cronología del uso de nicotina en Sudamérica.
A través del análisis de cálculos dentales de individuos del período Arcaico en la costa de Antofagasta, el equipo de investigación, liderado por el docente del Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades y Arte, Dr. Pedro Andrade Martínez, identificó biomarcadores de nicotina y cotinina que confirman la práctica del consumo de tabaco hace entre 6.000 y 3.000 años.
El estudio “Early tobacco use by populations of the interfluvial coast of Antofagasta during the Archaic period (6000–3000 BP; northern Chile): A GC-MS study of dental calculus”, fue recientemente publicado en Jorunal of Archaeological Science (JAS).
Junto a un equipo de investigadoras e investigadores, integrado por especialistas del Departamento de Análisis Instrumental de la Facultad de Farmacia, Dra. Daniela Nova-Baza, Dra. Claudia Mardones Peña, Dr. Luis Bustamante Salazar; del Centro de Biotecnología, Mg. Lucas Romero Albornoz; y la antropóloga UdeC, Vania Arancibia Concha, realizaron el hallazgo que extiende en milenios la cronología conocida hasta ahora del uso de nicotina en Sudamérica, convirtiéndose en la evidencia más antigua de consumo de tabaco en Chile.
Cambio de paradigma sobre el consumo de tabaco en Chile
Lo más impactante del estudio es demostrar que en esos contextos no hay pipas, tabletas de rapé ni implementos de inhalación, concluyendo así que el tabaco se mascaba o se ingería, probablemente con fines medicinales.
Esto abre un nuevo capítulo en la historia de las relaciones entre seres humanos y plantas psicoactivas, demostrando que el tabaco fue, desde sus orígenes, mucho más que humo, un remedio, vínculo social y herramienta cultural en ambientes extremos.
“Revisando bibliografía hemos podido confirmar en este estudio que encontramos la evidencia de consumo de tabaco más antigua a nivel mundial en restos humanos. Se había encontrado antes, con una data de 12000 años, la presencia de tabaco en una fogata en Estados Unidos, pero nunca algo tan antiguo en restos humanos”, señala el Dr. Andrade, quien también es académico de la Facultad de Ciencias Sociales.
Para este trabajo, el equipo del Departamento de Análisis Instrumental analizó cálculos dentales de individuos del período Arcaico en la costa de Antofagasta, que datan de 6000 a 3000 años antes del presente, aplicando protocolos de extracción para obtener los alcaloides para luego usar cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas en tándem (GC-MS/MS o UHPLC-QTOF), en modo de Monitoreo de Reacciones Múltiples (MRM).
“Lo más valioso de esta investigación fue la colaboración entre disciplinas tan distintas. Desde la arqueología, el Dr. Pedro Andrade planteaba las preguntas históricas y culturales sobre el consumo de tabaco, y junto con la Dra. Claudia Mardones buscamos la manera en que la química analítica pudiera entregar respuestas objetivas a través de datos experimentales. Al final, la antropología y la química analítica se complementan de una forma muy natural para responder este tipo de interrogantes”, señala la Dra. Daniela Nova-Baza, quien junto a los investigadores Mg. Lucas Romero Albornoz y Dr. Luis Bustamante Salazar trabajaron en la extracción de los alcaloides y en ajustar las condiciones del equipo para encontrar las transiciones más adecuadas, paso fundamental para que la identificación de los compuestos fuera más certera.
Hasta ahora, la evidencia que se tenía del uso prehispánico del tabaco estaba vinculada a su consumo en pipas o a su inhalación en rituales. Este nuevo estudio, de gran impacto a nivel mundial, no solo replantea la arqueología del tabaco, tradicionalmente ligada a objetos para fumar, sino que también enriquece los debates internacionales sobre cómo los primeros grupos humanos experimentaron y resignificaron las propiedades de las plantas.
Este avance científico fue posible gracias a la estrecha colaboración interdisciplinaria entre historia, antropología y química y su equipo humano, experto en técnicas analíticas cualitativas y cuantitativas certeras que permiten, a su vez, apoyar a otras disciplinas como biología o medicina, destacando además el instrumental con el que cuenta la Universidad de Concepción para realizar este tipo de análisis.