UdeC realizará intervención para reducir la estigmatización de personas con diagnóstico de trastorno mental
Crédito: Daisy Vidal, directora del proyecto/César Arroyo, DirCom
De acuerdo a estudios previos, las y los jóvenes muestran prejuicios compartidos por la población, que se resumen en un temor general ante el peligro que representarían los y las pacientes con alguna enfermedad psiquiátrica.
Además de enfrentar su condición, las personas que sufren trastornos mentales deben lidiar contra la estigmatización de que son objeto no sólo por parte de la población en general, sino también del personal de salud.
Existe conocimiento y evidencia empírica en la literatura nacional e internacional de la presencia de prejuicios, actitudes negativas y discriminación hacia pacientes psiquiátricos en el sector sanitario, y de cómo éstos afectan el tratamiento, la adherencia a tratamiento y la recuperación .
Este estigma tiene importantes implicancias en la calidad de vida de estas personas, ya que interfiere en el tratamiento y recuperación de otras enfermedades, además de transformarse en un factor de inequidad en la atención en salud.
“En el ejercicio profesional, estos prejuicios llevan a una atención sanitaria de menor calidad, pues se minimizan los síntomas de afecciones físicas que pueda sufrir una persona con diagnóstico psiquiátrico y se atribuyen a su problema de salud mental, lo que impacta en mayores tasas de morbi-mortalidad”, señala la académica del Departamento de Trabajo Social, Daisy Vidal Gutiérrez.
La Dra. Vidal conduce un proyecto VRID centrado en el desarrollo de una intervención para reducir el estigma hacia personas con diagnóstico de trastorno mental (TM) en carreras del área de salud en la UdeC.
“El estudio está orientado a estudiantes de Psicología, Odontología, Obstetricia, Medicina, Enfermería, Fonoaudiología y de Trabajo Social, que tienen como punto en común que una vez egresados (as) se desempeñarán en contacto con personas con diagnóstico de algún trastorno mental. Está orientado hacia su proyección como futuros profesionales”, contó la trabajadora social y doctora en Salud Mental.
Temor y desconocimiento
Si bien aún no se conocen las percepciones de los y las alumnas de la UdeC -pues esto se medirá en el inicio de la intervención-, la académica señala que algunos integrantes del equipo del proyecto participaron en un estudio internacional que evaluó el estigma en estudiantes nacionales.
Allí, encontraron que presentan prejuicios compartidos por la población, que se resumen en un temor general ante el peligro que representarían las personas con diagnóstico psiquiátrico.
También se reconoce falta de información para saber cómo tratar a estos pacientes, a lo que se suma una serie de mitos y otras situaciones que se vinculan, por ejemplo, con el lenguaje y la estigmatización en los medios de comunicación.
“Está el estigma de que los hechos delictuales más terribles son producidos por personas que tienen un diagnóstico de enfermedad mental: se habla de un loco o de un demente”, comenta.
El proyecto busca protocolizar -y medir la efectividad- de una intervención en estudiantes que fue diseñada a partir de una tesis dirigida por la académica de Psicología, Pamela Grandón Fernández, directora alterna de la iniciativa.
El estudio, insertó en el programa de Reducción del Estigma Igual-mente de la Facultad de Ciencias Sociales, tiene un diseño de ensayo clínico controlado; es decir, tiene un grupo control y otro experimental, cada uno con 20 estudiantes por carrera.
La directora del proyecto señaló que el trabajo comienza con una exposición en una asignatura -que se asignará en cada carrera- para dar a conocer el proyecto y motivar la participación de los estudiantes.
“Luego que se inscriben, aplicamos los instrumentos (se miden las actitudes de los y las estudiantes frente a las personas con diagnóstico de TM y la distancia social) con consentimiento informado y de ahí se realiza la distribución aleatoria a grupo control y grupo experimental”, explicó.
Los y las jóvenes serán evaluados antes y después de la intervención con dos instrumentos: la Escala de Aptitudes Profesionales en Salud Mental hacia personas con diagnóstico de TM -mide creencias estigmatizantes, e infantilización y distancia relacional- y Escala de Distancia Social -que evalúa cercanía e interacción social, e Intimidad y confianza-.
La intervención, que se aplica al grupo experimental, consiste en dos talleres y una sesión plenaria. El primer taller estará dedicado a analizar y derribar los mitos y creencias que existen sobre las personas con enfermedad mental; mientras que el segundo se centrará en los desafíos que deberán enfrentar como agentes de salud cuando se inserten en el mundo laboral.
La Dra. Vidal cuenta que se contará con el apoyo de monitores -psicólogos y asistentes sociales entrenados en la estrategia- y co-monitores, que “son los expertos por experiencia”, personas diagnosticadas con un trastorno mental, que tienen un perfil de autocuidado y estilo de vida que los hace un buen referente para que los alumnos vean que ellos pueden lograr efectivamente la inserción y el funcionamiento social”.
En la plenaria, en tanto, las y los estudiantes trabajarán en el diseño de micro proyectos en función de actividades que contribuyan a la disminución del estigma hacia personas con trastornos mentales.
Estudio piloto
La intervención está programada para el segundo semestre y será precedida de un estudio piloto con 40 estudiantes de la carrera de Fonoaudiología -20 en el grupo de control y 20 en el experimental-, que se aplicará, a más tardar en mayo de este año.
“La idea es ver cómo funciona (la intervención), cómo se ajustan los tiempos, evaluar los materiales y recibir retroalimentación de las y los estudiantes”, puntualiza la investigadora.
El principal resultado que se espera de este este proyecto “es contar con la primera intervención para reducir el estigma hacia personas con diagnóstico de enfermedad mental en estudiantes de carreras de la salud, de probada efectividad a nivel nacional y latinoamericano”, dice la académica.
Otro de sus objetivos es modificar las actitudes de los estudiantes hacia estos pacientes. “No vamos a poder evaluar conductas, pero sí la predisposición que tienen antes y después de la intervención”, aclara. Por otro lado, la iniciativa también busca disminuir la distancia social, que genera segregación hacia ellos.
Esta intervención será protocolizada para ser usada en las actividades de formación universitaria en carreras de la salud en la UdeC y se proyecta extrapolarla a nivel nacional.
El equipo de investigación que lideran las doctoras Vidal y Grandón está integrado por Alexis Vielma de Medicina, Patricia Cid de Enfermería, Yolanda Contreras de Obstetricia, Gustavo Castillo de Trabajo Social, Tatiana Skriptschenko de Psicología, Carlos Araya y Raúl Flores de Odontología, y Pablo Espinoza de Fonoaudiología.
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