UdeC colabora con servicio público en el análisis de datos para combatir la pandemia
Crédito: Dirección de Comunicaciones UdeC
Tres líneas de investigación multidisciplinarias de la casa de estudios penquista están actualmente cooperando con el GORE de Ñuble. Todas las iniciativas entregan sustento científico a las autoridades en la situación de emergencia actual.
Bajo el alero de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Concepción, un grupo de investigadores lleva a cabo un importante trabajo tendiente a aportar información relevante de los habitantes de la Región de Ñuble —especialmente en Chillán— a las autoridades regionales, en relación con la pandemia de coronavirus.
La iniciativa, surgida desde la Seremi de Ciencia —encabezada por Paulina Assmann— ha estrechado el vínculo entre el mundo científico y político, en un momento crucial donde dicha alianza es fundamental. “Nuestra misión como Ministerio de Ciencia es articular a los expertos de distintas áreas para generar evidencias científicas que sirvan a los gobiernos regionales —en este caso, el de Ñuble— para ayudar en la toma de decisiones”, explicó Assmann.
“Siguiendo esa premisa nos contactamos con los expertos de la Universidad de Concepción en distintas áreas, con el fin de que nos colaboren a sobrellevar de mejor manera los distintos escenarios para la lucha en esta crisis del Covid-19”, complementó la autoridad, quien destacó el trabajo del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus) y del Departamento de Ingeniería Informática y Ciencias de la Computación. “Estamos concentrados en Ñuble, pero la idea es aportar en otras regiones”, finalizó Assmann.
Caracterización de la población y condiciones urbanas
Una primera línea de investigación está encabezada por el profesor Juan Antonio Carrasco, docente de la Facultad de Ingeniería, y el equipo del Cedeus UdeC. Carrasco comentó que el trabajo comprende “tener algún tipo de diagnóstico socioespacial consistente en identificar dónde están los territorios en los que hay que estar más atentos, por ejemplo, lugares donde hay condiciones de hacinamiento mayor, más cantidad de adultos mayores, en resumen, un diagnóstico socioterritorial de la ciudad”.
Por otra parte, prosiguió Carrasco, también se requería “un diagnóstico en cuanto a la accesibilidad a servicios pensando en un ejercicio de cuarentena como el que justamente ahora vive Chillán. Poder identificar cuáles son los territorios de la ciudad que tienen un mayor o menor acceso a centros de salud, farmacias y supermercados; desde qué lugares se puede llegar a estos en 20 minutos caminando y desde cuáles no, entre otros”.
A partir de toda la información recogida, surge una segunda línea de investigación a cargo del Dr. Diego Seco Naveiras, Director del Departamento de Ingeniería Informática y Ciencias de la Computación de la FI UdeC, quien ha estado identificando cuáles son los lugares que potencialmente puedan ser más complejos, por ejemplo, donde haya una cantidad importante de población contagiada y, además, existan personas que tengan problemas respiratorios o tengan una edad avanzada, de tal manera que la Seremi de Salud pueda priorizar no solo dónde fiscalizar, sino dónde es necesario que exista una mayor ayuda.
“Hay ciertos patrones, ciertas zonas que requieren especial atención, lo que se pone en conocimiento de las autoridades. Hay interés de parte de ellos y está todo nuestro esfuerzo voluntario para que el trabajo científico, que hemos desarrollado durante tantos años, pueda ser de verdad un apoyo en un momento de crisis como este. Estamos dedicando muchas horas de nuestro día a hacer este tipo de análisis y llevarles a ellos las conclusiones”, expresó Seco, quien también manifestó su deseo de poder trabajar con regiones para que la comunidad científica de estas se siga sumando a las iniciativas.
Modelos epidemiológicos
En una tercera línea de investigación está el Dr. Guillermo Cabrera Vives, académico de la Facultad de Ingeniería UdeC, quien formó un equipo para trabajar en los modelos epidemiológicos donde se modela a la población de acuerdo a distintos compartimentos. “Si yo estoy sano y no he tenido contacto con nadie que tenga el virus, soy de la ‘población susceptible’; después, si es que tengo contacto con alguien que tiene el virus, me expongo y me convierto en ‘población expuesta’, pero que puede estar no contagiando, lo que se conoce como el periodo de incubación; luego de un periodo empiezo a contagiar a la gente y me transformo en ‘población infecciosa’. Finalmente, después de un periodo me recupero o lamentablemente fallezco. Eso se puede modelar matemáticamente con ciertas ecuaciones diferenciales”, explicó Cabrera.
Reconoce que la complejidad es muy alta, sobre todo porque aún no hay consenso sobre valores exactos, además de que los datos que están llegando son solo los que se testean, una dificultad reconocida en la mayoría del mundo, y los que sí se testean muchas veces vienen con retrasos debido a que todo se ha tenido que implementar sobre la marcha a causa de la rapidez de la pandemia.
“El mensaje más importante acá es que la única variable que podemos controlar es la tasa de contacto entre los infectados y los no infectados. Está demostrado que si se empieza a disminuir la tasa de contacto es la única forma eficiente de controlar la pandemia, aparte de un antiviral o una vacuna que no tenemos. Todos los modelos dicen eso, lo único que hay que lograr es que la población no se contacte entre ella y eso es lo complicado de implementar”, sentenció Cabrera.
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