Respirador UdeC-Asmar pasó a siguiente etapa tras cumplir más de 450 pruebas técnicas
Crédito: Facultad de Ingeniería UdeC
El equipo realizador destacó las ventajas de este respirador mecánico, que cuenta con un completo sistema de alarmas, que permiten ajustar su funcionamiento según cómo se comporta el paciente conectado.
Todo comenzó con la idea de un grupo de profesores y estudiantes de la Facultad de Ingeniería, quienes se inspiraron en el modelo de respirador mecánico liberado por el MIT y, a partir de ahí, imaginaron la creación de un aparato local. Sin embargo, faltaba el impulso de un fabricante que lo sacara del laboratorio, y que pudiera escalar la producción. Por ello, cuando Asmar se comunicó con la Universidad, la alianza fue natural.
No obstante, el trabajo inicial no estuvo exento de dificultades. “La primera semana y media de trabajo con Asmar fue de mucha ansiedad de todo el equipo, porque estábamos contra el tiempo. Teníamos que ver la forma de poder sacar algo rápido, pero sin que perdiera calidad, sin que perdiera confiabilidad y robustez”, explica el Dr. Pablo Aqueveque Navarro, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Facultad de Ingeniería, Director de Centro Industria 4.0 (C4i) y líder del proyecto.
Desde entonces han pasado casi dos meses. Hoy, el Aparato de Asistencia Ventilatoria Mecánica UdeC- Asmar es uno de los cinco dispositivos seleccionados en la iniciativa “Un Respiro para Chile” y está viviendo una etapa crucial, tras haber aprobado las más de 450 pruebas técnicas exigidas para evaluar su fabricación masiva.
Prototipo | Socialab
Entre las características destacadas del aparato creado por UdeC y Asmar, se encuentra un sistema completo y robusto de alarmas, que indican en tiempo real cómo se comporta el respirador ante un paciente. Se trata de avisos que pueden ser configurados por los propios médicos, así como también otros relacionados a la operación del aparato. El académico explicó que estas alarmas son importantes porque todas las personas reaccionan de forma distinta a un ventilador y, por lo tanto, se tienen que ajustar ciertos parámetros.
Con el paso de las horas, estos indicadores van cambiando de acuerdo con la reacción del paciente. “Por ejemplo, parten con un volumen de oxigeno de 500 ml y después se debe bajar a 400 ml, entonces se pueden colocar alarmas para que no pase de cierto volumen, como también si el propio paciente al generar una inspiración más alta en forma natural también avisa”.
La Seremi de Ciencia de la Macrozona Centro Sur, Paulina Assmann Segura, señaló ante este logro que «como región, es muy importante que entre los cinco prototipos finalistas, tengamos uno local, porque significa que nuestra región tiene absolutamente toda la experiencia y capacidad industrial para escalar un prototipo de estas características, descubriendo quizá un nuevo polo de producción para el país».
Siguiente etapa en Santiago
Una de las pruebas que pasó el respirador se llevó a cabo en la Universidad de Valparaíso, donde se sometió a ensayos técnicos relacionados con el funcionamiento continuo por varios días para demostrar que la operación es real. El dispositivo UdeC-Asmar el primero de los cinco proyectos en aprobar esta etapa.
“Sabemos que el equipo cumple con todas autorizaciones para seguir avanzando y así pasar a la etapa con animales y finalmente con pacientes. Ha sido un trabajo de semanas y semanas, y nos sentimos muy contentos con los resultados”, dice Aqueveque.
El equipo viajó a Santiago para comenzar con las pruebas estandarizadas en animales, las que se realizarán en la Universidad Católica. Posteriormente, y luego de ser evaluados por un Comité de Ética, se efectuarán pruebas en pacientes.
El grupo de trabajo que ha estado desarrollando el ventilador, directa e indirectamente, ha estado conformado por alrededor 30 personas, entre funcionarios de Asmar, ingenieros UdeC, diseñadores industriales, médicos del Hospital Naval de Talcahuano, médicos veterinarios UdeC y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción, entre otros.
“Un Respiro para Chile” es una iniciativa nacional creada por Sofofa Hub, con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), del Ministerio de Ciencia y Tecnología, y del Ministerio de Economía a través de la plataforma Social Lab.
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