Desafíos ambientales en lagunas del Gran Concepción: “En las soluciones deben participar todos”
Crédito: Diario Concepción
El académico de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción e investigador del Centro EULA-Chile, Dr. Ricardo Figueroa subraya la necesidad de soluciones integrales, involucrando a la comunidad y aplicando tecnologías.
Las lagunas del Gran Concepción han sido testigos de una transformación preocupante en los últimos años. La problemática ambiental que enfrentan estos cuerpos de agua se ha intensificado, presentando desafíos significativos en términos de calidad de agua y biodiversidad.
A finales de 2023, uno de los eventos que captó la atención de la comunidad penquista fue la inesperada coloración verde de la Laguna Lo Méndez en el sector de Barrio Norte. Este fenómeno, atribuido a la proliferación de cianobacterias, ha generado preocupación debido a sus posibles implicaciones ambientales. Aunque se descartó la presencia de toxinas en estudios recientes, se están llevando a cabo investigaciones adicionales, y se contempla la construcción de un humedal artificial como medida para contrarrestar los posibles daños ambientales.
El académico de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción e investigador del Centro EULA-Chile, Dr. Ricardo Figueroa Jara, expresó que las lagunas de la zona se encuentran en un avanzado estado de eutrofización. Este fenómeno, del cual se ha dado cuenta en estudios que datan de la década de 1970, se atribuye a múltiples factores, como la alta carga de nutrientes, la entrada clandestina de desechos y la restricción del espacio de las lagunas debido a la expansión urbana.
Figueroa señaló que la proliferación de cianobacterias, evidente en la Laguna Lo Méndez, es un resultado directo el largo tiempo de eutrofización. La falta de capacidad del ecosistema para procesar la cantidad de materia orgánica y nutrientes ha llevado a un desequilibrio, donde las microalgas dominan, tiñendo el agua de verde.
“La respuesta de las lagunas puede ser de dos tipos. Puede generarse crecimiento explosivo de plantas acuáticas, con lagunas cubiertas con plantas flotantes de lado a lado, lo que puede generar la tentación de arrancar todas las plantas para dar un espejo de agua. A veces se nos pasa la mano, porque las plantas están haciendo un trabajo en la laguna que es extraer los nutrientes. Cuando se arrancan todas las plantas, la laguna reacciona, y los nutrientes son absorbidos por las microalgas. Hay un desequilibrio en la competencias entre las macrófitas, plantas acuáticas, y microalgas. Por eso la laguna pasa a este estado verde, porque las microalgas se hacen dominantes”, detalló el académico.
Medidas actuales y desafíos
En cuanto a las medidas de mitigación, el Dr. Ricardo Figueroa destacó la complejidad de abordar el problema desde un solo enfoque, por lo que se requiere un esfuerzo conjunto de distintos actores para generar soluciones que se extiendan en el largo plazo.
“Hacer este trabajo es muy complejo, requiere un apoyo no solo de las autoridades, sino que también requiere un apoyo ciudadano. No sacamos nada con restaurar cierta laguna, aplicar medidas tecnológicas si los vecinos siguen depositando basura, siguen habilitadas las entradas ilegales, siguen conectándose baños clandestinos. Se requiere un trabajo mancomunado entre comunidad, vecinos, municipio, universidades o centros de investigación, que podamos avanzar en este sentido. Eso sí se ha venido haciendo en los últimos 15 o 20 años”, sostuvo el investigador.
Por ello, Ricardo Figueroa valoró las iniciativas de recuperación de espacios y mantención de parques, explicando que no solo son medidas estéticas sino que facilitan la educación y el involucramiento de la comunidad en el cuidado de las zonas de las lagunas.
“Cuando disfrutas un lugar también se espera que lo cuides. En el fondo, es un proceso educativo. No sacas nada con tomar medidas si nadie va a cuidar el espacio. Ahora hay que avanzar en tecnologías para poder purificar la calidad del agua. Son procesos socioecológicos que deben tener la participación de todos. Creo que el rescate de espacios ha sido positivo, de forma lenta pero se ha hecho un avance significativo”, agregó.
En la conciliación entre el desarrollo urbano y la conservación de las lagunas, Figueroa hizo hincapié en la necesidad de respetar los límites naturales de los cuerpos de agua y comprender los flujos de aire en ellas. La modificación de estos límites y flujos, a menudo impulsada por proyectos inmobiliarios, afecta la capacidad de recuperación de las lagunas.
“Cuando uno levanta grandes construcciones y modifica el flujo de las corrientes de aire, implica la pérdida de turbulencia y que las aguas se mantengan más estables, produciendo estos problemas que hemos observado en el último tiempo”, indicó el académico de la Facultad de Ciencias Ambientales.
A esto se suma la introducción desmedida de especies exóticas, que logran una posición dominante sobre las especies nativas. La falta de responsabilidad en la gestión de mascotas, agregó, contribuye a la pérdida de biodiversidad: “Tenemos las gambusias, y ahora las tortugas que se comen todo lo que se mueva. Las tortugas están clasificadas dentro de las 100 especies exóticas más peligrosas para la biodiversidad. Hay que educar a la población, que al comprar sus mascotas deben asumir la responsabilidad y no arrojarlas a la laguna o al río cuando no las quieran cuidar”.
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