Seminario analizó los desafíos que plantea la era pospandemia a la ciencia
Crédito: VRID UdeC
La actividad, organizada por Alumni UdeC y que contó con las palabras del Ministro de Ciencia y Tecnología Andrés Couvé Correa, reunió a más de 270 asistentes en línea.
Con el objetivo de aportar a la reflexión en torno a los nuevos desafíos que plantea a la comunidad científica chilena el nuevo escenario derivado de la crisis sanitaria, este miércoles se desarrolló el webinar “El rol de la ciencia en la pandemia Covid-19. ¿Hay un antes y un después?”.
El encuentro forma parte del ciclo “Conversaciones en el Campanil”, organizado por la red Alumni UdeC y convocó a más de 270 personas que siguieron el diálogo transmitido a través de la plataforma Zoom.
En esta ocasión, participaron el Ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación Andrés Couve Correa, la Vicerrectora de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Concepción, Andrea Rodríguez Tastets y Juan Pablo Hermosilla, representante de la Red de Sociedades Científicas de Chile. La instancia contó con intervenciones del Rector de la UdeC Carlos Saavedra, la Directora de Alumni UdeC Moira Délano y de la coordinadora de la Sede Santiago Marcela Angulo, con la conducción de la periodista de Canal 13, Karina Zúñiga.
En el inicio, el Secretario de Estado se refirió a los desafíos que ha implicado establecer por primera vez una institucionalidad científica en el primer nivel de la toma de decisiones del país. “Cuando llegamos, nos dimos cuenta de que uno de los aspectos que era absolutamente necesario era incorporar la evidencia en la toma de decisiones, con las políticas públicas, cómo el conocimiento que está disponible en la comunidad científica nutre esa toma de decisiones”.
Sin embargo, explicó Couve, “éste es un trabajo al que debemos contribuir todos”, dado que existe un “abismo entre quienes proveen la evidencia y quienes estamos en el ámbito de las políticas públicas”, afirmó y fue más allá: “la evidencia es un insumo para la toma de decisiones, es clave y necesaria, pero no suficiente, sino que debe ponerse en un contexto mucho más amplio de muchos otros tipos de insumos”.
De acuerdo a la autoridad política, el escenario se complejizó a partir de la pandemia, ya que, afirmó, “es mi convicción absoluta que el Ministerio tiene que estar presente y responder a la emergencia, y lo tiene que hacer instalando nuevas capacidades, considerando la incertidumbre y sus interacciones con otros ministerio, que se construyen en base a confianza y capacidades institucionales que no están presentes en el Estado de Chile, por lo que hemos tenido que construirlas desde cero, además, en la emergencia”.
Couve explicó que la coordinación interministerial ha sido uno de los principales retos: “hemos tenido que aprender muchísimo y las tensiones que se han manifestado son muy genuinas porque dan cuenta de un ministerio que acaba de surgir. Pero no hay que evitar las tensiones, sino gestionarlas para que queden capacidades instaladas”.
El Ministro señaló que “hemos hecho un esfuerzo muy significativo para poner en valor la labor científica. Desde el Ministerio tenemos que aprender a interactuar con una comunidad científica cuando hay una crisis de confianza. Y, desde la comunidad científica, tiene que haber un aprendizaje sobre qué significa participar en un contexto de emergencia en la política, que no basta con entregar la evidencia, que se fortalezca la visión de amplitud, de temas muy distintos”.
Destacó, además, las iniciativas público-privadas y de colaboración de la academia con otros sectores, que han nacido en el contexto de la pandemia: “el ventilador mecánico que tenemos más avanzado es el que están desarrollando la Universidad de Concepción y Asmar de la Armada. La innovación no es solamente la máquina, sino que es la comunidad que se ha formado en torno a este desafío”.
En este ámbito, el Rector Saavedra destacó que “poner, en un mes a disposición, un prototipo de ventilador mecánico es un gran hito, pero también muestra la precariedad del sector productivo. Se requiere reforzar nuestras industrias estratégicas” y, por otro lado, señaló que “necesitamos integrar a todas las ciencias que están desarrolladas en nuestro país y confiar en el sistema estable que hemos construido como país.
El desafío de la descentralización
La Vicerrectora I+D UdeC Andrea Rodríguez aportó una visión panorámica del desarrollo de la actividad científica y tecnológica en nuestro país. “Uno de los indicadores de productividad son las publicaciones. Si vemos cómo se distribuyen a nivel nacional, se observa que se concentran en la Región Metropolitana, en Biobío y Valparaíso”.
La académica explica que “podríamos decir que la tasa de crecimiento de productividad científica es un poco mejor que el promedio latinoamericano. Su concentración se condice con la concentración de las publicaciones en las universidades de Chile, Católica y la de Concepción; y, además con el estímulo al desarrollo académico, de la formación de capital humano y el crecimiento de la población en general”.
En lo que se refiere a las temáticas de investigación, la Vicerrectora apunta a que existe una diferencia sustancial entre nuestro país y los demás. “En el mundo, predominan ingeniería, materiales, neurociencia, química y áreas de salud. En Chile, destacan Astronomía, ciencias ambientales y ciencias naturales”.
Por lo tanto, la académica concluye que nuestro país ha seguido el desarrollo de un modelo científico basado en las oportunidades, como los cielos privilegiados, el acceso a la Antártica y los océanos, teniendo a la competitividad como base de la excelencia. La Dra. Rodríguez explica además la alta concentración de la productividad en la academia, que ronda el 95%. “La ciencia en Chile se financia casi exclusivamente con recursos estatales, por la desconfianza entre la academia y el sector productivo, que no ha fortalecido su incorporación en la investigación”, indicó.
En cuanto a la acción que han desarrollado las universidades regionales en el contexto de la pandemia, Rodríguez, destacó las alianzas que se han generado, como en el caso de proyectos de salud de la UdeC, como la participación en la Red Nacional de Laboratorios Covid y otras iniciativas de la Universidad, como la plataforma Telecovid UdeC, el grupo de análisis de datos y acciones para atender la salud mental en medio de la crisis. A éstas acciones, se suma la cesión de un espacio en el campus Concepción para la instalación de un hospital de emergencia. Para Rodríguez, el “ecosistema de investigación ha sabido reaccionar a la crisis y eso es algo que hay que resaltar, pero estos esfuerzos son institucionales, no sólo de los expertos y las personas”.
Respecto al futuro, la Vicerrectora hizo un llamado a todos los actores a seguir trabajando de forma colaborativa como la actual situación de pandemia ha motivado, pero también advirtió que “existe la amenaza de la falta de recursos, dada la concepción de la ciencia como poco necesaria. Esto estimula la concentración de los recursos y la ley de la selva, donde se impone siempre el más fuerte. La colaboración y el desarrollo territorial sostenible son claves para hacer frente a esto y también es muy importante crear las capacidades tecnológicas, la integración de las ciencias con el desarrollo tecnológico para hacer un modelo más sustentable, para aportar al desarrollo del país”.
El rol de los investigadores
Por su parte, Juan Pablo Henríquez, quien es académico de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UdeC y presidente de la Sociedad de Biología Celular de Chile, enfatizó el rol de la ciencia durante la emergencia sanitaria, pero se declaró escéptico sobre un cambio en el modelo para el desarrollo científico del país.
“Desde que partió la pandemia, hay más de 20 mil artículos científicos que incluyen la palabra ‘covid19’ y la OMS reporta del orden 1.400 ensayos clínicos con distintas drogas y 130 ensayos con vacunas, 10 de ellos ya en evaluación clínica, y el esfuerzo chileno con el aumento de centros de diagnóstico, con fondos COVID y algunas innovaciones tecnológicas. Pero estamos aún lejos de permear la esfera política, que, por supuesto, tiene un componente ideológico que, a veces, se transforma en una suerte de antónimo de la evidencia científica”.
En relación a la existencia de estudios que ya en 2007 advertían de los peligros que podría conllevar la propagación de un nuevo coronavirus, incluso, describiendo la actual situación de pandemia con una gran antelación, el investigador señala que “la ciencia ha tenido la capacidad de anticiparse, pero ocurre que debemos mejorar la comunicación efectiva de la ciencia” y, en ese sentido, afirma que en nuestro país “también tiene que ver con poder comunicar la ciencia hacia el ámbito político y otras instancias de la toma de decisiones”, afirmó.
Henríquez explicó que “las sociedades científicas esperamos convertirnos en un engranaje para la toma de decisiones por parte de actores públicos, no sólo para el beneficio de los científicos, sino por el bien del país. Muchas voces vienen alertando sobre una lista larga de errores respecto a la pandemia y, si las cosas no cambian, no habremos aprendido nada. Hoy, la instancia de toma de decisiones políticas considera que la evidencia científica y la naturaleza pueden esperar”, enfatiza y diagnostica que actualmente existe “un espacio importante para generar la carrera del divulgador científico, porque no son capacidades que tengamos los investigadores”.
En materia de los destinos de la inversión estatal en ciencia, Henríquez concluyó señalando que “una comunidad que ha crecido en base a la curiosidad, es una comunidad que es capaz de adaptarse a nuevos escenarios. Es importante hacer una apuesta por contar con inversión para ciencia libre”.
El contenido íntegro del webinar está disponible en este enlace.
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