CRUCH destaca rol como presidenta en Comisión Asesora de Investigación de la vicerrectora VRID, Andrea Rodríguez Tastets
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A través de una entrevista en su sitio web, Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) releva rol de académica UdeC en la vínculación de trabajo de la entidad con el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
La Vicerrectora de Investigación y Desarrollo de la UdeC, Andrea Rodríguez Tastets, fue relevada en su rol como presidenta de la Comisión Asesora de Investigación del Consejo de Rectores de Universidades Chilenas (CRUCH).
La jefa de la VRID de la UdeC fue entrevistada en extenso en el sitio web de la entidad, donde se refirió a la vinculación de trabajo del CRUCH con el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
En ese sentido, la presidenta de la Comisión Asesora de Investigación del CRUCH dice que, tras la instalación del citado Ministerio, espera que el nuevo gobierno ponga el acento en temas vinculados a la salud y bienestar de la población, y de los ecosistemas, entre otros.
Además, asegura que “la educación superior de este país, la creación de conocimiento y su cultura se deben en gran medida al aporte que han hecho por décadas las universidades estatales en conjunto con las del G9”.
Este jueves 28 de abril, en la sesión mensual del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH), estará presente el nuevo Ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI), Dr. Flavio Salazar Onfray, con el propósito de socializar los lineamientos y énfasis del nuevo gobierno en estos ámbitos.
En este contexto, la presidenta de la Comisión Asesora de Investigación del Consejo de Rectores, Andrea Rodríguez Tastets, reflexiona en torno a los aspectos que debieran considerarse en la política nacional de CTCI, cuáles son los temas y desafíos que tiene Chile para favorecer su desarrollo, así como la relevancia de todas las universidades del Consejo de Rectores para la construcción de un nuevo modelo de desarrollo. Además, a partir del trabajo colaborativo entre las universidades CRUCH durante la pandemia por COVID, relata algunos de los aprendizajes más significativos de los últimos dos años.
Con respecto a la labor que desarrolla la Comisión -conformada por vicerrectores/as de investigación de las 30 universidades que integran el CRUCH-, identifica los temas relevantes para el presente año y a mediano plazo.
– A su juicio, ¿qué nuevos elementos o aspectos debieran estar contemplados en la Política Nacional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación del nuevo gobierno?
En primer lugar, espero que la nueva política se articule bien con la estrategia nacional de Ciencia Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI), que prontamente será pública.
Por otro lado, luego que en el gobierno anterior se instaló una nueva institucionalidad, a través del nuevo Ministerio de CTCI, en esta gestión esperaría una política que pueda, además de fomentar la curiosidad y la creatividad, apostar a áreas prioritarias con impacto país, como por ejemplo, la salud y bienestar de la población y de los ecosistemas. Además, que aborde aspectos de brechas en áreas temáticas y formas de conocimiento que propicien la búsqueda de soluciones de manera interdisciplinaria, y que promueva el desarrollo global del país fomentando capacidades en forma distribuida o desconcentrada. Por último, que la política nacional de CTCI retroalimente el modelo de desarrollo nacional y la política de educación en general.
– Desde su perspectiva, ¿cuáles son los temas y desafíos que tiene Chile para favorecer su desarrollo?, y ¿qué temas requieren de una mayor profundización?
Somos un país pequeño, con una economía basada en la exportación de ciertos recursos naturales, como minerales y celulosa, con poco valor agregado, y que requieren cada día más de energía y de agua dulce. La demanda por estos insumos está entrando en conflicto con las necesidades de la población, no sólo a nivel nacional, sino que a nivel mundial. La seguridad energética y de agua dulce, sumada a la seguridad sanitaria y alimentaria, son los desafíos de primer orden para cualquier desarrollo.
La pregunta entonces es ¿cómo la política de CTCI puede contribuir a abordar estos desafíos, sin dejar de lado la generación de nuevo conocimiento y de fomentar la innovación? Las respuestas de cómo hacerlo no son fáciles, pero relevaría las siguientes cinco: (1) la formación e integración de capital humano avanzado; (2) el estudio y manejo del ecosistema en que habitamos, enfrentando sus desafíos y aprovechando sus oportunidades diferenciadoras a nivel global; (3) el fomento a la vinculación entre ciencia y tecnología, lo que no solo implica generar tecnología a partir de conocimiento científico (donde las vacunas o la mejora de procesos productivos son un ejemplo clásico), sino también generar tecnología para el desarrollo científico (instrumentación para investigación astronómica, investigación de nuestros ecosistemas, etc.); (4) la colaboración entre distintas disciplinas y los distintos actores del sistema; y, también, (5) una estrategia para abrir espacios y oportunidades para la inserción y atracción de nuevos talentos.
Aporte conjunto de universidades
– Hace unas semanas, el Ministro Flavio Salazar destacó, a través de una nota de prensa, la importancia de todas las universidades del CRUCH para la construcción de un nuevo modelo de desarrollo, ¿coincide con esta afirmación? Si es así, ¿en qué sentido?
No podemos desconocer nuestra historia ni las capacidades ya instaladas que tenemos a lo largo del país. Creo que el ministro Salazar apunta a eso y no puedo estar más de acuerdo con él. La educación superior de este país, la creación de conocimiento y su cultura se deben en gran medida al aporte que han hecho por décadas las universidades estatales y las del G9. Cabe recordar que algunas de las universidades surgen desde las mismas comunidades locales, como mecanismo de descentralización, aportando significativamente a la construcción de Chile como nación desde las regiones. Esto fue reconocido anteriormente y debiera continuar siendo reconocido.
– El ministro Salazar también recalcó la importancia del trabajo de la academia en la promoción de un nuevo sistema de educación superior, el cual debería centrarse en la colaboración y cooperación de toda la academia en pos del bienestar y del desarrollo del país. Desde su mirada y experiencia, ¿cómo se puede avanzar en este propósito?
Los grandes desafíos país, como los mencionados anteriormente, no se pueden abordar de manera tradicional, es decir, basándose exclusivamente en la competencia individual. Ningún grupo de investigación, ni institución por sí sola, tiene la capacidad de llegar a cabo la solución a problemas complejos de esa envergadura. El sistema actual mantiene esencialmente un status quo. Por ello, debemos esforzarnos para que, sin perder el desarrollo disciplinar, avancemos a un trabajo orientado a la misión o problemas con enfoque interdisciplinar que valore la colaboración. Esto no requiere duplicar todas las capacidades de investigación en todos los lugares, pero sí crear nodos con fuertes redes de colaboración que potencien un sistema más robusto y resiliente. Así mismo, la movilidad académica y los programas de formación avanzada asociativos son estrategias a ser consideradas. En resumen, estoy convencida de que el desarrollo particular se hace sustentable en el tiempo cuando se armoniza con el desarrollo del sistema en su conjunto.
El aprendizaje del COVID-19
– En el contexto de la pandemia por COVID ¿cómo fue la experiencia de trabajo colaborativo de las universidades CRUCH?, ¿cuáles fueron los aprendizajes más significativos de este proceso?
Las universidades se adaptaron y respondieron ante una situación de pandemia. Prueba de eso es la red de diagnóstico coordinada por el Ministerio de CTCI en conjunto con las universidades del CRUCH, a través de la cual se establecieron laboratorios en 11 regiones del país, que lograron efectuar más de 800.000 exámenes PCR, contribuyendo así a la descentralización de la capacidad de diagnóstico de COVID-19 y apoyando a los laboratorios de los servicios públicos. Esto solo fue posible gracias a las capacidades pertinentes en recurso humano e infraestructura que, por años, las universidades han ido instalando con fondos propios y, también, gracias a recursos públicos provenientes de proyectos de investigación y desarrollo. Otras iniciativas, por nombrar algunas, son las plataformas de telemedicina y de apoyo a la educación rural; ventiladores mecánicos; análisis de datos de movilidad y de propagación de pandemia para la toma de decisiones, incluso alcanzando reconocimiento internacional en este último caso. Creo que la pandemia nos instó a crear confianzas para establecer la colaboración entre la academia y los sectores público y privado, y esperamos que esta confianza se mantenga y fortalezca con el tiempo. También aprendimos que las capacidades distribuidas crean un país más resiliente ante situaciones de emergencia.
– Finalmente, ¿qué temas son de especial interés y relevancia para la Comisión de Investigación para este año 2022 y a mediano plazo?
Nos interesa, entre otros, saber los lineamientos generales de la política de este gobierno, la existencia o no de áreas prioritarias, la existencia de nuevos instrumentos para el apoyo a la CTCI, resolver problemas para la atracción de talentos e internacionalización, mantener y fortalecer la comunicación con todos los actores del sistema y, por último, pero no menos importante, apoyar para un mayor financiamiento del sistema CTCI nacional.
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