UdeC lidera proyecto piloto de planta desaladora de agua para uso doméstico y productivo en Cobquecura
Crédito: Indap
Director de la iniciativa, que está bajo el alero del Consorcio Tecnológico del Agua, detalla el impacto y la proyección de la puesta en marcha de la infraestructura que permitirá contar con el vital elemento.
Maribel Henríquez es una de los productoras Indap de Cobquecura que podrán contar con agua de riego para su producción de hortalizas; todo esto gracias al proyecto que se lleva a cabo en el sector de Colmuyao, desarrollado por el Consorcio Tecnológico del Agua —liderado por la Universidad de Concepción— en alianza con el Instituto de Desarrollo Agropecuario, Indap.
La productora indica que el agua siempre es una limitante a la hora de planificar sus cultivos, por lo que la puesta en marcha de una planta desaladora de agua de mar en la comuna le permitirá aumentar su producción y a la vez innovar con la instalación de un sistema de cultivo de hortalizas de hidroponía en invernadero.
“Este es un proyecto muy innovador, en alianza con el Consorcio Hídrico que lidera la Universidad de Concepción, y que en alianza con Indap Ñuble busca abastecer de agua a los sistemas productivos de tres de nuestros agricultores y agricultoras, como Maribel Henríquez, que es una gran productora de hortalizas. Para nuestros asociados estamos implementando un invernadero de cultivo hidropónico. De este modo, el agua que produzca esta planta desaladora va a tener un fin productivo, para regar su invernadero, pero como el cultivo hidropónico requiere muy poca agua, también tendrá un uso doméstico”, indicó la directora de Indap Ñuble, Tatiana Merino.
“Es un proyecto muy novedoso para la pequeña agricultura, porque va asociado a paneles fotovoltaicos que van a permitir que el costo energético de la planta desaladora no se traspase a los agricultores y agricultoras”, agregó, lo que “nos permitirá entregar una mejor calidad de vida a nuestros productores y deja atrás la gran limitante que significa no contar con agua suficiente para riego, lo que se hace aún más importante en un período de emergencia agrícola como el que se vive”, destacó la directora regional de Indap Ñuble.
El proyecto, en lo concerniente a Indap, entregará nuevas herramientas de producción, con un mayor valor agregado, gracias a la hidroponía en invernaderos habilitados especialmente y en una zona de carencia de agua para fines productivos y domésticos.
Ciencia con impacto
La tecnología utilizada fue desarrollada por el profesor Rodrigo Bórquez Yáñez, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción, quien además es el director del proyecto.
Profesor Rodrigo Bórquez / FI UdeC
El profesional detalla que el proyecto tiene que ver con el uso del agua desalinizada o la aplicación del agua desalinizada en agricultura. En ese sentido, como ya se ha venido desarrollando el tema de la nanofiltración como una alternativa para desalinizar agua de mar, “planteamos este proyecto específico de instalar una unidad de desalinización apoyada con paneles fotovoltaicos en el sector de Cobquecura, considerando el apoyo de Indap en la detección de algunos pequeños agricultores y agricultoras del sector a quienes se apoya con invernaderos”.
El agua desalinizada generada se utilizará en el cultivo de algunos productos agrícolas en invernaderos y en cultivos hidropónicos, producción de hortalizas (particularmente lechugas), donde el recurso hídrico puede ser un poco más controlado y reutilizado y eso es lo que se pretende evaluar en esta etapa piloto-demostrativa. Además, una fracción del agua se utilizará también como agua potable para los pequeños agricultores involucrados.
Referente a los costos, el profesor Bórquez explica que obviamente son superiores a extraer el agua de un río o de una napa, pero añade que lo que está pasando es que “los ríos ya no tendrán mucha agua y las napas están desapareciendo, de manera que la alternativa que va quedando en sectores costeros, donde no hay agua dulce incluso, es tratar de utilizar agua desalinizada, eso probablemente incida en los costos, pero va a ser la única, creemos, posibilidad de hacer agricultura”.
Además, la idea desde el punto de vista tecnológico es optimizar el sistema en relación a los costos de operación, donde el mayor costo del proceso descrito radica en la energía. “Es por ello que esta planta desalinizadora es completamente sustentable y sostenible en el tiempo, en función de energías renovables como es el sistema fotovoltaico que suministra energía a la planta”, argumenta Bórquez.
Referente a la inclusión de estudiantes, el académico apunta que ya hay tesistas de doctorado que participan en el área de energía y ingeniería agrícola, “principalmente en tratar de optimizar el sistema para disminuir los costos de operación, de tal manera que el costo del metro cúbico de agua sea lo más barato posible”, concluye.
La planta además permite monitorearla remotamente. Plantas similares se instalarán en Quemchi y en Caleta Chome.
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