Conmemorado cada 12 de octubre, el Día Mundial de la Artritis y las Enfermedades Reumáticas, tiene como objetivo crear conciencia sobre la existencia y el impacto de las enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas.
La artritis es una enfermedad sistémica, que ataca principal y visiblemente a los tejidos de las articulaciones, pero que afecta a otros órganos también.
Consiste en la inflamación de las células que están en la membrana de la articulación, lo que genera dolor. Entre sus síntomas más comunes están el aumento de volumen, el calor local, la dificultad para mover la articulación especialmente después de pasar mucho tiempo en reposo.
Generalmente se presenta en varias articulaciones, pero es más observada en las manos y los pies: nudillos, interfalángicas proximales (la articulación del último hueso de la punta de los dedos) y los pies. Puede presentarse en la muñeca, los codos, los hombros, la cadera, las rodillas y tobillos, que son llamadas articulaciones grandes.
Llegar al diagnóstico de artritis
“La principal consulta por artritis es dolor. Porque todo lo que está inflamado duele”, explicó el docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción, Dr. Jaime Avaria Estrada. El médico internista y reumatólogo razonó que para las y los especialistas “es súper relevante cuando una persona consulta por un dolor articular, si ese dolor articular es por inflamación, o es un dolor de un origen mecánico o no inflamatorio”.
Otro signo clave es que las y los pacientes manifiestan tener dolor en partes donde no debería doler. Por ejemplo, no es normal experimentar molestias en los nudillos si no hay un golpe directo. Además, el dolor debe ser crónico, superior a las seis semanas.
La trabajadora social de 47 años, Carolina Letelier Quezada, llegó a su diagnóstico durante su segundo embarazo. Sentía rigidez muscular y mucho dolor articular y los exámenes detectaron “los niveles antirreumáticos alterados, por lo que me derivaron con la reumatóloga”, relató.
Con un examen de sangre se pueden detectar anticuerpos, que son “moléculas que generan las células de la defensa, que van dirigidas contra la articulación”, ejemplificó el especialista, quien advirtió que alrededor del 10% de las artritis no tienen anticuerpos positivos.
De acuerdo a cifras del Ministerio de Salud, 100.000 personas en el país la padecen y afecta, principalmente, a mujeres. Es parte de las Garantías Explicitas en Salud (Ges, exAuge), que cubren su diagnóstico, tratamiento y rehabilitación.
Esta enfermedad no se considera hereditaria, pero existe una mayor probabilidad de desarrollarla si cuenta con un familiar de primer grado (mamá, papá, hermanos, hijos) con ella.
Para Carolina el diagnóstico fue un shock “porque me recordó a familiares por el lado materno que quedaron postradas por esta enfermedad”. El médico le comentó que con tratamiento podría tener una vida relativamente normal “pero debía tener claro que esta es una enfermedad degenerativa que va en avance y que requiere constancia”.

El tratamiento para mejorar la calidad de vida
“La artritis reumatoide, yo siempre le digo a mis pacientes que es lo mismo que ser hipertenso. Es una enfermedad crónica. No se les va a quitar con nada. Tienen que pensar que es un tratamiento para largo plazo”, sumó el reumatólogo, ampliando que cuando la enfermedad está confirmada, se recetan medicamentos para inactivar el sistema inmunológico que está hiperactivo y generando inflamación en las articulaciones.
“Para eso ocupamos varios medicamentos que son inmunosupresores, o sea, bajan las defensas y disminuyen la cantidad de inflamación que tiene la articulación”. Ese tratamiento es a largo plazo, así que a eso se suma la acción de corticoides que generan alivio sintomático casi inmediato: bajan el dolor, mejoran la inflamación y apoyan la terapia.
Del tratamiento de la artritis pueden aparecer complicaciones. “Dentro de ellas está la osteoporosis, que es la fragilidad del hueso, y por ende siempre estamos preocupados de dejarle calcio a los pacientes, de que tengan un adecuado nivel de vitamina D. Le dejamos un antiinflamatorio que puede ocuparse como terapia inicial si la artritis es muy leve o para las crisis de dolor en algún minuto cuando el paciente tenga algún dolor que va más allá de lo que sucede con los corticoides”, detalló.
No solo de fármacos se compone el tratamiento. Carolina sumó ayuda psicológica permanente y terapia kinesiológica.
“Es una enfermedad que genera un dolor crónico, trastorno del sueño, menos capacidad para movilizarse y por ende genera atrofia muscular y los pacientes después necesitan cierto grado de acondicionamiento físico”, explicó el especialista.
Esta enfermedad “afecta mucho mi vida diaria, no puedo hacer fuerza como antes, no puedo tomar a mis hijas en brazos, paso días con mucho dolor y cansancio, mal genio. Otros días mejor”, relató Carolina, asegurando que “creo que nunca me acostumbraré al dolor”.
Diferencias entre artritis y artrosis
“La artrosis que es como la cicatriz del huesito por debajo”, resumió el Dr. Avaria. Las articulaciones con artrosis pueden tener rigidez, pero dura poco.
“Con movilizar las articulaciones, esta cede y se moviliza sin mayor problema. En cambio, la artritis a lo menos necesita de 30 minutos”, explicó.
La artrosis generalmente produce aumentos de volumen, pero son aumentos de volumen duros. No están calientes. “Uno los toca, le pone la mano, no está caliente. Pueden tener deformidad en sí”, sumó el especialista.
Otro factor diferenciable es la edad de consulta. La artritis puede aparecer en cualquier edad, mientras que la artrosis se manifiesta en personas mayores. También hay que observar qué comorbilidad tiene el o la paciente: “Es distinto si es un paciente sin ninguna enfermedad, versus un paciente que tiene diabetes, es obeso, hipertenso, u otras cosas que igual pueden favorecer a que tenga una artrosis”. El uso de suplementos, algo popular en su tratamiento, debe ser supervisado por la o el médico tratante.
Apoyo a personas recién diagnosticadas
El Dr. Avaria destacó que este proceso, especialmente en personas mayores, requiere de apoyo familiar. El tratamiento incluye una gran cantidad de fármacos que tienen formas específicas de ser utilizados y, por lo tanto, muchas explicaciones. “Hay cosas que el paciente no va no va a retener, entonces, siempre es bueno que un familiar acompañe”, subrayó.
En los casos más severos esta enfermedad puede ser incapacitante. Carolina invitó a quienes reciben el diagnóstico a “que sean constates, que tengan ánimo, que hagan deporte que es la clave y que se apoyen siempre de sus más cercanos”.