Esta semana comenzará la aplicación de las encuestas de autoevaluación dirigidas a la totalidad de los estamentos universitarios, con excepción de las y los estudiantes, que serán invitados a participar a partir de marzo. Es de vital importancia que todos y todas sean parte del proceso, puesto que la información recabada será de gran ayuda para los procesos de mejora al interior de la institución.
Como un éxito debido a su alto nivel de respuesta calificaron distintas autoridades universitarias la aplicación de la medición, que es parte del proceso de autoevaluación para la acreditación institucional 2023. Ahora, sigue la etapa de análisis.
Más de un 60% de los estamentos de la Universidad de Concepción consideró positivo el proceso anterior de acreditación institucional, según encuesta aplicada por la Dirección de Desarrollo Estratégico, cuyos resultados establecen un innovador puente entre lo realizado en 2016 y el trabajo de cara al proceso de 2023.
La instancia, parte del proceso de autoevaluación con miras a la acreditación institucional de la Universidad de Concepción, está presidida por la Vicerrectora de Investigación y Desarrollo, Dra. Andrea Rodríguez Tastets.
Se trata de la Comisión de Docencia y Resultados de Formación, que estará presidida por el Vicerrector de la Universidad de Concepción, Dr. Carlos Von Plessing Rossel. Es una de las cinco instancias que se constituirán para el proceso.
DDE lanzó este estudio de percepción de la Acreditación Institucional pasada, como forma de recoger la opinión de estudiantes y trabajadores sobre este tema. La medición evalúa, además, la instalación de mecanismos de mejora continua y gestión de la calidad en nuestra institución.
Con la publicación en el Diario Oficial, este jueves 30 de septiembre se comunicaron los nuevos criterios de acreditación para las instituciones de Educación Superior. Las medidas llegan a fortalecer el trabajo iniciado en el proceso de autoevaluación iniciado por la UdeC.
Esta será la cuarta oportunidad en que la Universidad de Concepción se somete a la certificación institucional y lo hace con el convencimiento de que sus estándares de calidad actuales son producto de los aportes de toda la comunidad universitaria.
Tras la votación, aprobada en forma mayoritaria, se promulgará el Decreto que lo constituye en un mecanismo para asegurar la calidad de los programas de pregrado y postgrado que tiene la casa de estudios.
