Académico UdeC por alza en valor de la electricidad: “Debemos concientizar en que todo uso sea eficiente”
Crédito: Archivo
Refrigerador, lavadora, secadora, plancha y los aparatos para la calefacción están entre los de mayor consumo eléctrico, por lo que el llamado es a usarlos de manera consciente.
A partir de julio las cuentas de consumo eléctrico incrementarán su valor entre 20 y 30%, lo que ha generado preocupación en la población. De esta forma, si un hogar mantenía un gasto promedio de $20 mil, a partir de este mes deberá pagar entre $4 mil y $6 mil pesos más.
Ante este aumento, el académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción, Dr. Luis García Santander, enfatizó que “debemos concientizar en que todo uso de la energía eléctrica debe ser eficiente”.
“Cualquier acción que tengamos en el hogar y que permita utilizar de manera eficiente nuestros recursos energéticos contribuirá a una reducción de la factura a pagar pero sobre todo en la reducción de las emisiones que dañan al planeta y con ello a nuestra salud. Es importante educar desde los más pequeños a que los recursos son escasos y que debemos utilizarlos eficientemente porque tenemos un solo planeta. Hoy nos golpea el incremento notorio del precio, pero las consecuencias son mucho más que en el bolsillo”, dijo.
Reducir el consumo en el hogar
El Dr. García dijo que refrigeradores, lavadoras, secadoras, planchas y aparatos de calefacción son los que más energía eléctrica consumen, por lo que es fundamental optimizar su uso para reducir los costos en el uso.
En el caso del lavado, planchado y secado de ropa, el académico UdeC dijo que “se recomienda que tanto la lavadora como la secadora sean utilizadas a carga completa, así el uso será más eficiente y por ende su utilizará menor energía. En el caso de la plancha, se recomienda que ésta sea utilizada cuando se requiera planchar una importante cantidad de prendas y no hacerla sólo para una camisa y/o pantalón por ejemplo, sino que aprovechar el calor (uso de energía) para la mayor cantidad de ropa que sea posible”.
La regla es similar para el uso de calefactores eléctricos, los que recomendó configurar para una temperatura ente 18º y 20º Celcius en caso de tener termostato programable. De lo contrario, recomendó apagarlo de vez en cuando para reducir el consumo.
Con respecto al refrigerador, el académico de Ingeniería dijo que “este electrodoméstico es uno de los de mayor consumo en el hogar. Cada vez que se abre, este pierde frio y por lo tanto para llegar a la temperatura que tenía previamente debe usar nuevamente energía. Se recomienda abrir el refrigerador la menor cantidad de veces y cuando se necesite sacar lo máximo de los productos que se van a ocupar”.
Consultado por el uso de cargadores u otros aparatos que consumen energía cuando están enchufados pero en desuso, como televisores o computadores, García dijo que “hoy en día, al considerar que la energía (cada kWh) nos costará casi un 25% más caro, toda medida de desconectar los equipos nos significará un ahorro”.
“Normalmente el consumo “vampiro” puede variar entre un 1% y un 5% del consumo que tenemos en el hogar, por lo tanto, si bien es cierto que se ahorra, mi opinión es que en el bolsillo no se notará de manera importante ese ahorro. Si estoy de acuerdo en que debemos concientizar en que todo uso debe ser eficiente”, agregó.
Otras fuentes de energía
El académico recomendó también revisar otras fuentes de energía que, al mismo tiempo que son más económicas, tienen menos impacto en el medioambiente. Una de ellas es la energía solar, que requiere una baja inversión que puede ser recuperada, dependiendo cada caso, un periodo cercano a los tres años.
“Los proyectos que asocian la incorporación de sistemas fotovoltaicos (SFV) en los hogares si se hacen interesantes hoy con este aumento del precio de la energía. Por ejemplo, un kit fotovoltaico de 2 KWp se puede encontrar en el mercado por $1.500.000 y $2.500.000. Un cliente conectado a uno de ellos en Concepción puede llegar a generar, más o menos, un total de 2.700 kWh al año”, dijo.
“En mi casa el mes pasado el pago por cada kWh de energía fue aproximadamente de $185. Por lo tanto, si instalara un SFV de 2 kW me ahorraría alrededor de unos $500.000 anuales; esto implica que si invierto $1,5 millones en la compra del SFV podría rentabilizarlo en un poco más de 3 años. Si a esto le sumamos que el Estado sigue con subvenciones para incorporar SFV en los hogares, la inversión podría reducirse a casi la mitad ($750.000), logrando con ello hacer rentable el proyecto en menos de 2 años. Por lo tanto, la incorporación de paneles solares hoy sí es más factible y conveniente”.
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