Enrique Molina con mascarilla: registro devela cómo vivió la gripe española el primer Rector UdeC
Crédito: Archivo La Nación | Cultura Digital UDP
Las epidemias han acompañado a la humanidad en su historia. Una fotografía del primer Rector de la UdeC, Enrique Molina Garmendia, usando mascarilla, nos entrega una ventana única para asomarnos al Chile de principios del siglo XX.
La portada del diario La Nación del miércoles 15 de enero de 1919, muestra una fotografía de un hombre y tres mujeres portando mascarillas por causa de la denominada gripe española.
El pie de imagen señala: “Las autoridades norteamericanas, para prevenir el contagio de la epidemia de ‘Grippe’, obligan, so pena de multa de diez dólares, el uso continuado en los lugares públicos de una mascarilla como las que se ven en esta fotografía. Forman el grupo varios distinguidos compatriotas que se encuentran en San Francisco, California: La señora Amanda Labarca Hubertson, el señor Enrique Molina, la señora Esther Barañao de Molina y la señorita A. Barañao”.
Archivo La Nación | Cultura Digital UDP
El registro fue rescatado por el periodista Javier García desde los archivos del diario La Nación —ubicados en el repositorio digital de la Universidad Diego Portales—, para un artículo publicado en The Clinic sobre la gripe española, pandemia que en Chile dejó un saldo de 40 mil muertos.
La fotografía retrata a Molina en un momento crucial en la historia de la Universidad de Concepción. En efecto, las clases en el plantel penquista se iniciaron en marzo de ese año, semanas más tarde de la publicación del periódico, tiempo en que el futuro Rector se encontraba aún en Estados Unidos encomendado por el Gobierno de Chile para estudiar el sistema de educación superior de ese país.
Por ello no estuvo presente cuando comenzaron las actividades de la UdeC. Él mismo recordaría, una década después, ese momento fundacional del que no participó físicamente. “El Comité se convenció de que el Gobierno no crearía quién sabe en cuánto tiempo la Universidad. No eran solo penurias financieras que lo impedían, había también de por medio rivalidades (…). El Comité se cansó de esperar y en un gesto de audacia y de fe resolvió, sin más ni más, abrir la Universidad a principios de 1919”.
El motivo de su viaje a Estados Unidos, que se extendió desde octubre de 1918 hasta junio de 1919, fue estudiar los sistemas de educación superior norteamericanos. Sus impresiones se retrataron en el libro “De California a Harvard”, publicado en 1921.
Biblioteca Nacional
Allí escribe la sensación que le causaron las instituciones universitarias estadounidenses, dedicando el primer capítulo a las casas de estudio de California, lugar donde se sitúa su fotografía hoy rescatada desde La Nación.
Molina le confirió sentidas palabras a la Universidad de Berkeley, lugar que le sirvió de inspiración para proponer lo que se transformaría en un ícono penquista, el campanil. “Sobre todos los edificios del pueblo, y aun sobre la inmensa bahía, se alza el hermoso, blanco y altísimo campanil de la universidad (…). Desde casi todas las partes del pueblo se ve el campanil, se ve desde San Francisco y se ve desde Oakland”.
Chile a inicios del siglo XX
Archivo Fotográfico UdeC
Se presume que la gripe española, que surgió durante el desarrollo de la Primera Guerra Mundial, causó la muerte de al menos 20 millones de personas. A pesar de la gravedad que tuvo en Chile, la sociedad siguió su funcionamiento y no se tomaron medidas excepcionales como confinamientos masivos.
“En los años 20, las enfermedades no tenían el mismo impacto sociocultural que hoy, que estamos en la era del antibiótico, y pensábamos que las teníamos bajo control. En Chile mostrábamos la tasa más alta de mortalidad infantil a nivel mundial y, en general, el mundo estaba sometido a epidemias y enfermedades endémicas como la viruela o el cólera, que tenían brotes recurrentes”, señala el académico del Departamento de Historia UdeC, Dr. Fernando Venegas Espinoza.
Así las cosas, las condiciones sanitarias no ayudaban a la prevención: la red de alcantarillado recién comenzaba a hacer su aparición en pocas ciudades y los hospitales eran de beneficencia. “No existían políticas públicas de salubridad y la basura se acumulaba. Con eso puedes hacer un cuadro de las condiciones en las que vivían los chilenos de la época”.
A pesar de las miserias, el Chile de inicios del siglo XX también fue un tiempo de cambio social. “La oligarquía siguió manejando el país, pero se empezaron a conformar grupos intermedios y se vuelve relevante el rol de los educadores”, dice Venegas.
Enrique Molina es un fiel representante de ese cambio. Nació en La Serena en 1871 y fue parte de las primeras generaciones del Instituto Pedagógico de Chile, donde se formó como profesor de Historia y Geografía. Hizo carrera como Rector de los liceos de Talca, Chillán y Concepción, además de ser superintendente de Instrucción Pública y tener un breve paso como ministro de Educación, entre 1947 y 1948.
En la Universidad de Concepción, fue Rector por casi 40 años.
En tanto, la elección de Estados Unidos como destino ejemplar obedece a la influencia que ese país estaba ganando en el concierto internacional, incluso antes de la Primera Guerra Mundial.
“Se transforma en un paradigma y modelo, no solo económico sino que también cultural. Hay pensadores como John Dewey que le dan relevancia a la educación y la escuela como espacio de democratización profunda, donde la sociedad concurre”, subraya Venegas, y esas ideas estaban calando en otras sociedades que buscaban acabar con sus males sociales a través de la educación.
Tanto Molina como una de sus acompañantes en la imagen, Amanda Labarca —pedagoga y feminista—, forman parte de quienes abogaron por esos cambios, y la Universidad de Concepción, fruto de su tiempo, refleja a su vez estas ideas en los primeros cursos que impartió.
“La Universidad comienza con carreras como Odontología. Ahí se ve que estaba la idea de mejorar la calidad de vida de la población”, sentencia el profesor Venegas.
Archivo La Nación | Cultura Digital UDP
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