Conversatorio abordó experiencias y desafíos en torno a la convivencia escolar en contextos educativos

Experiencias y desafíos para mejorar la convivencia en contextos educativos fue el principal tema de conversación que especialistas del área trataron en una actividad enmarcada el II Congreso Iberoamericano de Educación Dialógica, que se realiza en la Universidad de Concepción.

El conversatorio estuvo moderado por el académico de la Facultad de Educación, Dr. Óscar Nail Kröyer; quien estuvo acompañado de la Vicerrectora de la Universidad de Concepción, Dra. Paulina Rincón González, y catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, Dr. Carles Monereo Font.

El Congreso Cielog se distingue por su enfoque innovador y dialógico. A diferencia de un evento tradicional centrado en la exposición de trabajos, este es un espacio dedicado a la conversación, el intercambio de ideas y la co-creación de conocimientos.

Las actividades incluyen diálogo con expertos, mesas de discusión, foros de discusión online, análisis de casos, entre otras.

El objetivo de este congreso es generar un espacio de discusión sobre temáticas relevantes en el marco de los objetivos de desarrollo sostenible de la UNESCO, promovidos por el diálogo educativo en todas sus vertientes y modalidades, desde los diálogos públicos hasta los autodiálogos personales.

El Congreso Cielog se realiza en la UdeC entre el 12 y el 14 de marzo, de manera presencial y con algunas actividades con streaming, previa inscripción.

La Decana de la Facultad de Educación, Dra. Carla Barría Cisterna, destacó durante su saludo inicial que “las universidades y otras instituciones de formación profesional y técnica no sólo deben ser espacios de excelencia académica, sino también territorios de inclusión, diversidad y respeto mutuo. Y es en la convivencia cotidiana entre estudiantes, docentes y funcionarios se forjan valores que luego se proyectan en los distintos ámbitos de la sociedad”.

“Como comunidad, tenemos la responsabilidad de fortalecer estos valores y seguir construyendo un ambiente donde cada integrante se sienta respetado y escuchado. La convivencia universitaria no solo es un reflejo del mundo en que vivimos, sino también una oportunidad de transformarlo desde la formación de profesionales y ciudadanos y ciudadanas comprometidos con una sociedad justa y equitativa”, añadió.

Desafío en convivencia

Durante el conversatorio, los invitados reflexionaron en torno a los desafíos que deben enfrentar las comunidades educativas para erradicar la violencia escolar y mejorar sus indicadores en convivencia escolar. El respeto y la apertura al diálogo fueron las principales recomendaciones que hicieron los especialistas para superar estos escenarios críticos.

“Este es un desafío global. Hay datos que demuestran que, por ejemplo, el aula se está haciendo un espacio de poco diálogo. Y si el aula es un espacio de poco diálogo, eso es una alerta negativa, porque se supone que el aula está para eso. Si en el aula los profesores están teniendo temor a hablar más o hablar menos, o hablar ciertos temas, entonces el aula se está convirtiendo en un espacio un poco racional, y que puede tornarse también muy aburrido”, expresó el Dr. Nail.

En esa misma línea, el catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, Dr. Carles Monereo Font, dijo que “los profesionales de la educación deberíamos ser personas que conozcamos distintas modalidades de diálogo, porque esa es nuestra principal herramienta de trabajo. Y cuando hablo de diálogo, no sólo hablo del diálogo público, externo, sino también del diálogo con cada uno de nosotros, del diálogo interno; de cómo nos explicamos las cosas, las interpretamos y tomamos decisiones. El Congreso trata de eso, de cómo mejorar los diálogos, tanto públicos como privados, en relación al aprendizaje y la educación”.

En tanto la psicóloga y Vicerrectora UdeC, Dra. Paulina Rincón González, mencionó que “en tanto no nos pongamos de acuerdo en términos de qué cosas no estamos dispuestos a aceptar y que no relativicemos algunos temas en función del punto donde yo me paro y del rol del que yo tengo, nos va a costar avanzar”.

En esa línea, agregó, “es fundamental el aporte que podamos hacer las instituciones de educación superior, porque nosotros por una parte formamos profesionales, investigadoras e investigadores en todas las disciplinas y áreas del conocimiento que van a poder aportar en sus distintos roles laborales, personales y familiares, en una cultura de diálogo y de respeto a las personas; pero, por otra parte, las universidades que formamos profesores y profesoras tenemos además una doble obligación porque estamos formando a los profesionales que van a formar a nuestros niños y niñas y a nuestros jóvenes”.