¿Cómo nos adaptamos a un escenario climático cada vez más complejo?
Crédito: Archivo
Las regiones deben construir sus planes de acción climática para alcanzar la carbono neutralidad al 2050. Esto se ve lejano y su implementación comienza a ser tardía. Se nos indica que existen dos grandes áreas para que el cambio climático no sea tan duro con los chilenos.
En primer lugar, la mitigación de las emisiones, que me parece una muy buena política, a pesar de que Chile no es un gran jugador en las emisiones a nivel global. Sin embargo, esto nos trae enormes beneficios locales y debemos avanzar decididamente en el camino de descarbonizar nuestra matriz energética, como lo establece la política estratégica desde el año 2015. Se avanza en la dirección correcta, no sin enfrentar dificultades como la conectividad del sistema energético nacional, que requiere ser reforzado para que la energía limpia, generada a miles de kilómetros de distancia, pueda llegar en forma efectiva a los lugares de mayor consumo.
Otro aspecto es la adaptación a los cambios, que es quizá una tarea más importante para un país vulnerable como el nuestro, cuyo aspecto clave es la transformación de nuestro sistema de producción de alimentos. Allí tenemos varios desafíos en lo que concierne a la huella de consumo de agua en nuestra producción agrícola, pues sabemos que tendremos una menor disponibilidad de agua lo que nos sitúa en un gran dilema: cómo hacer eficiente su uso (cada vez más escaso) en una actividad que consume la mayor cantidad de agua.
Recalco el desafío de transformar la circulación de materiales (bienes, recursos, servicios) que nos tiene en una actual crisis de desechos. A pesar de que existen alternativas inteligentes de gestión de materiales al final de su ciclo de vida, su composición y complejidad hacen necesario implementar la economía circular de la que tanto se habla, pero poco se hace.
Debemos aprovechar que en esta región hay una base científica-profesional y de capacidades de desarrollo notables, pero, a pesar de todos los esfuerzos realizados, no hay colaboración ni confianza entre los actores de la región. Debemos transformarnos y avanzar desde una región reactiva que responde a los problemas cuando ya los tenemos presentes, a una región proactiva que se prepara para escenarios cada vez más complejos e inciertos. Aquí la política debiera también desplegar sus mejores capacidades, considero que debemos avanzar más en el hacer que en el decir.
Columnista
Dr. Ricardo Barra Ríos
Director Centro EULA
Universidad de Concepción
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