Académico UdeC participa en proyecto binacional de empoderamiento de mujeres e inocuidad alimentaria
Crédito: Pixabay.
La iniciativa es parte de un proyecto mayor del Fondo de Cooperación Chile-México, impulsado por la Agencia Chilena para la Inocuidad Alimentaria y su par mexicana, Asica, y que se ejecuta en colaboración de los consejos asesores regionales.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año cerca de unos 600 millones de personas se enferman por consumir alimentos contaminados, contándose unas 420 mil muertes atribuibles a esa causa.
La inocuidad de los alimentos es parte esencial de la seguridad alimentaria y la nutrición y, en este objetivo, los productores y productoras -en todos sus niveles- juegan un rol fundamental.
Pero a pesar de los avances registrados en el país, aún hay muchas brechas que cubrir en este ámbito.
A ellas apunta un trabajo dirigido a un grupo de hortaliceras de la Región de Ñuble, del que participa el académico de la Facultad de Ciencias Veterinarias, René Ortega Vásquez, en su calidad de representante de la UdeC en el Comité Regional Asesor (CAR) de Inocuidad Alimentaria.
La iniciativa es parte de un proyecto mayor del Fondo de Cooperación Chile-México, la Agencia Chilena para la Inocuidad Alimentaria (Achipia) y su par mexicana, Asica, cuyo objetivo es empoderar a mujeres de distintos rubros y regiones de ambos países y fortalecer sus capacidades para que produzcan alimentos seguros.
El médico veterinario y Doctor en Ciencias Agropecuarias y Veterinarias comenta que estudios realizados por el CAR en el mundo campesino familiar de Ñuble muestran que, si bien muchos de las y los productores conocen los principios básicos de la inocuidad alimentaria, en general no disponen de información sistematizada sobre el tema.
Por ejemplo -dice- a veces se instalan sistemas productivos donde no existe suministro de agua potable o se superpone la producción de vegetales y la cría animales.
“Falta mucha divulgación sobre los riesgos en los sistemas productivos y cómo se pueden prevenir. Este proyecto va a identificar las brechas y entregará recomendaciones para mejorarlas”, señala.
Por otro lado, destaca el valor que tiene el abordaje de estos temas desde la cooperación internacional e intercambio de conocimientos y con perspectiva de género.
A su juicio, este proyecto tendrá un impacto importante en la Región de Ñuble, “que es una zona especializada en la producción de alimentos”, y en particular para la agricultura familiar campesina (AFC), que tiene alta presencia femenina y donde las hortalizas tienen un lugar relevante.
“En la AFC en general son las jefas de hogar las que se ocupan de la parte productiva, entonces el aporte que se pueda hacer al empoderamiento de la mujer en este ámbito es vital”, afirma el Dr. Ortega.
“Estamos muy motivados con esta iniciativa que no solo tiene que ver con el ámbito productivo y la inocuidad, sino que también con el empoderamiento femenino. Este proyecto es un aporte a nuestra región, que tiene tantos sectores donde el sistema productivo es llevado por mujeres, y un primer paso para producir más proyectos con este objetivo”, agrega.
El proyecto general partió el segundo semestre y ya se concretaron las visitas técnicas a las organizaciones de campesinas de México a Chile y viceversa. Ahora viene el trabajo de levantamiento de información de los sistemas productivos de las beneficiarias para concretar el análisis de riesgos en torno a la inocuidad alimentaria.
La idea, como indicó el académico, es contar con un diagnóstico para generar recomendaciones que permitan reducir las probabilidades de contaminación en las hortalizas que producen las campesinas de la agricultura familiar de Ñuble.
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