Investigación de Ingeniería Agrícola aborda centralismo en la gobernanza del agua en Sudamérica
Crédito: FIAUdeC.
En el contexto de la discusión constitucional en Chile, los estudiantes del Doctorado en Recursos Hídricos, Cindy Correa, Rodrigo Romero y Alejandra Salazar, hicieron un análisis comparado de los regímenes jurídicos, la institucionalidad y la gestión del agua en diez países de la región.
El excesivo centralismo en la gobernanza y gestión del agua en los países sudamericanos fue una de las conclusiones que arrojó un estudio realizado por tres estudiantes del Doctorado en Recursos Hídricos y Energía para la Agricultura, que dicta la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción (FIAUdeC).
Cindy Correa Villa, Rodrigo Romero Jara y Alejandra Salazar Cañas revisaron el régimen jurídico, la propiedad, el marco institucional y la gobernanza en torno al agua en diez países de Sudamérica -Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela-, para elaborar el Análisis Comparado de la Gobernanza del Agua en América del Sur, que consistió en “indagar en los diferentes países aspectos relacionados con sus políticas de agua, su marco legal e institucional, y su visión sobre la propiedad y el derecho al agua”.
El trabajo fue realizado en el marco del curso Agua, Energía y Medio Ambiente, y según destacó el académico de FIAUdeC e investigador asociado del Centro de Recursos Hídricos para la Agricultura y la Minería (Crhiam) de la UdeC, Dr. Mario Lillo-Saavedra, “puede ser un insumo interesante para la discusión en la Convención Constituyente”.
En el documento, los autores plantearon que en América del Sur “aún existen dificultades para proteger el recurso y que haya un acceso al agua potable por parte de toda la población”. En esa línea, concluyeron que “la no disposición de recursos para recolectar información, un marco legal débil, la corrupción y la falta de participación no gubernamental, son los principales obstáculos para lograr una gestión integrada, eficiente y efectiva del recurso hídrico, es decir, una buena gobernanza del agua”.
Los profesionales aseveraron que el mentado acceso universal al agua potable que se intenta garantizar en las constituciones, en la práctica no se cumple, destacando como una excepción a la regla el 99% de cobertura de agua potable y alcantarillado que exhibe Chile, y también Uruguay, con más del 90% de cobertura.
Gestión desconcentrada
En materia de gobernanza, destacaron los casos de dos países federales donde la gestión del agua está en manos de los respectivos territorios, con resultados disímiles: Brasil y Argentina.
En ese sentido, alabaron la experiencia de Brasil, por presentar “grandes avances en la implementación de una gestión integrada de los recursos hídricos, gracias a un cambio del modelo autoritario por un modelo descentralizado, participativo e integral”. De hecho, la federación brasileña tiene definidas las competencias administrativas de los tres niveles de poder (nacional, estatal y local) establecidas en la Constitución.
Mientras que, por otro lado, advirtieron que Argentina “tiene una gran dispersión entre organismos y niveles de gobierno, puesto que cada provincia es autónoma en su formulación y gestión, sin una coordinación que atienda las necesidades nacionales en la gestión del recurso, debido que no existe una autoridad nacional del agua con suficiente jerarquía, ni un marco legal coherente a nivel nacional que establezca claramente los roles entre los niveles de gobierno”.
Asimismo, el análisis reveló que la mayoría de los países exhibe una creciente preocupación por el rol ecosistémico del agua, lo que se ha expresado en reformas legales y también se ha explicitado en algunas constituciones, pero que no se concreta en la práctica, lo que dice relación con las brechas en materia de gobernanza y con un modelo de gestión que concibe al agua más como un bien económico que como un bien público.
Críticas al modelo
En las conclusiones de la monografía, los doctorandos exploran las razones por las cuales los políticos de la región no han logrado avanza hacia la gestión integrada del recurso hídrico. A su juicio, esto se explica porque en casi todos los gobiernos hay un “papel protagónico de la autoridad en la gestión del agua a causa de un modelo político-administrativo centralizado, que no brinda la oportunidad de participación de otros actores más eficientes para liderar y establecer reglas claras en los diferentes escenarios que tienen los recursos hídricos dentro y fuera de sus territorios”.
En su análisis, los autores argumentan que “es muy trabajoso romper el encapsulamiento de la estructura social, política y económica tradicional, que conciben al agua, y en general, a los recursos naturales, como un elemento desagregado de la humanidad, causando que el hombre sea el único que tiene derecho y propiedad sobre la naturaleza”. Esto -agregan- se ve reflejado en una distribución inequitativa para los usos y aprovechamientos del agua, la falta de la conservación y protección del recurso hídrico, la insuficiencia de acciones frente al cambio climático o planes adecuados para prevenir y solucionar los riesgos asociados a sequías o inundaciones, las mínimas disposiciones sobre la inclusión de la población local u otros actores y la poca financiación en la gestión del agua.
De este modo, plantearon que “la gobernanza del agua en América del Sur no es totalmente eficiente debido que las perspectivas económicas prevalecen más que el bien común”.
Para la elaboración de la monografía, los estudiantes consultaron 43 libros y artículos; y para profundizar el análisis, presentaron un anexo con una tabla comparativa de los distintos criterios evaluados en los diez países.
La monografía se puede descargar en el sitio web de la Facultad de Ingeniería Agrícola.
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