“Lo que nunca queda es desarrollo”: Grabador Américo Caamaño y exposición Peligros en la Bahía

Las líneas talladas en la madera y estampadas luego en el papel no solo dibujan un paisaje. Son también una imagen de las amenazas que se ciernen sobre la salud y riqueza de las localidades situadas en el litoral.

Peligro en la Bahía, la exposición de xilografías de Américo Caamaño Quijada, es un testimonio del momento que viven nuestras costas y una advertencia de lo que podría pasar si prosperan iniciativas productivas que, según el grabador, “solo devastan el ambiente y no traen desarrollo a la zona”.

La exposición resume reflexiones largamente maduradas por el artista y llevadas al grabado durante 2019 con la perspectiva de abrir la muestra en marzo de 2020. La pandemia obligó aplazar su apertura, lo que ocurrió finalmente el mes pasado.

“Esta es una preocupación de varios años sobre los cambios que ha ido sufriendo la bahía y de los potenciales cambios que pueden haber en la medida que se instalen grandes proyectos industriales en la zona”, comenta el artista integrante de la Asociación de Grabadores del Biobío (AGBB).

“La Bahía de Concepción vive una amenaza por una serie de megaproyectos, cuya instalación se decide desde fuera del país, pero que terminan afectando las localidades y a su gente y que ni siquiera traen un beneficio desde el punto de vista laboral”, agrega el Premio Municipal de Tomé (2004).

Unos tentáculos, presentes en varios grabados de la serie, reflejan esas amenazas de las que Caamaño habló en un conversatorio organizado por la Dirección de Pinacoteca y Extensión, realizado en la Sala David Stitchkin, que acoge la exposición que se presenta hasta el 7 de mayo.

Lo que puede traer el terminal marítimo del gas natural o la posible explotación de las tierras raras; la deforestación y el arrastre de sedimentos que llegan al mar, la disminución de la abundancia de recursos marinos o los daños sobre la riqueza arqueológica en localidades que están sobre la Formación Quiriquina, así como la responsabilidad de las personas con su entorno fueron algunos de los temas que trató el artista en el encuentro.

“La convocatoria del conservatorio es a que reflexionemos, a que nos cuestionemos, que se difunda lo que está pasando, para que se vayan generando procesos cada vez más amplios de conversación y que, al mismo tiempo, la ciencia, los grupos ecologistas y la sociedad en su conjunto hagan lo suyo, de tal manera que el mundo de la política, que es donde se decide finalmente lo que se hace o no se hace, tenga claro de que aquí no estamos hablando de desarrollo”, indica.

Para el artista, el actual modelo permite el enriquecimiento de personas “que muchas veces ni siquiera son de Chile y que representan transnacionales”, a costa de destruir localidades que se transforman en zonas de sacrificio y, que luego de 15 ó 20 años son abandonadas.

“Lo que nunca queda es desarrollo: es contaminación que finalmente se transforma en pobreza; no es solo un tema deterioro ambiental sino que también de impacto en lo social”, asevera.

Desde su trabajo de Peligro en la Bahía, Caamaño hace una invitación a “dejar de mentirnos sobre el desarrollo”, buscando mostrar que arte puede ser un aporte en el análisis de materias que importan y afectan a la sociedad.

Lo suyo, comenta, no es un panfleto, es una reflexión sobre la contingencia y los procesos de deterioro que se han vivido en varios puntos de la Bahía y que están reflejados en localidades representadas en los grabados.

“Al ver las imágenes que se proponen, alguien podría plantear que lo que se muestra es una ficción, pero no es una ficción a partir de una irrealidad, que se oponga a la resaldad; sino que es una ficción que cuestiona y que crea nuevas formas de mirar aquello que estamos acostumbrados a ver”, señala.