“Aprovechen el tiempo, mientras más preparados mejor”: Odontólogo y exalumno UdeC a las nuevas generaciones
Crédito: Facultad de Odontología
El Dr. Quaassdorff, es exalumno de la Universidad de Concepción, Doctor en Odontología de la Universidad bávara «Julius Maximiliam» de Würzburg y ejerce la Odontología en Móstoles, comunidad de Madrid España, desde dónde hoy nos cuenta su testimonio.
Oriundo de La Unión, Región de los Ríos, el Dr. Erwin Quaassdorff Jaramillo ingresó a estudiar Odontología a la Universidad de Concepción en 1976, puesto que consideraba que la carrera era la mezcla perfecta entre arte y ciencia, además se sentía muy influenciado por el trabajo de su tío, ortodoncista. Sin embargo, su paso por Concepción fue apenas el punto de partida para una vida laboral lejos de Chile.
Una vez concluidos sus años universitarios, el hogar de estudiantes «Burschenschaft Montania», dónde residía en Concepción, “me propuso, a través de una beca, para representar en Alemania a los cinco hogares chilenos. Viajé a Alemania y viví en Friburgo, Munich, Viena. Finalmente, Würzburg, donde estudié, me doctoré (Dr. med. dent.) en la Universidad bávara «Julius Maximiliam» de Würzburg, y trabajé como dentista. Regresé a Chile, trabajé en Puerto Octay, para volver al año siguiente a Alemania, donde conocí a mi actual esposa. Ya tenía que echar raíces y Chile nos parecía muy lejano. A través de un compañero de promoción, colega dentista y buen amigo, el Dr. Arturo Samith Vega, que ejercía en España, me propuso probar suerte en la madre patria, y nos fuimos para allá, donde sigo viviendo hasta el día de hoy. Aquí nacieron mis hijas, Christina y Paula”.
Lo anterior fue posible, “porque contaba con la «Deutsche Approbation» concedida por el estado de Baviera y el estado alemán, junto con la homologación del título chileno en España, lo que me permite ejercer como dentista general aquí. También pertenezco al «Ilustre colegio de odontólogos y estomatólogos de la primera región».
Sin lugar a duda, “haber estudiado en la UdeC supone para mí un motivo de gran orgullo. Es y ha sido una Universidad de reconocido prestigio nacional e internacional. Me ha dado herramientas, me ha formado éticamente en la profesión. Me enseñó a esforzarme siempre para lograr éxito en los tratamientos, pensando siempre que el que está sentado en el sillón se lo merece. Recuerdo a muchos de mis profesores maestros con mucho cariño y agradecimiento. Buscar la excelencia, es la receta que nos inculcó nuestra Alma Mater. No tenemos nada que envidiarle a prestigiosas Universidades extranjeras”.
En ese sentido, “si pudiera transmitir un mensaje a las nuevas generaciones les diría primero que aprovechen el tiempo, que se formen continuamente, mientras más preparados mejor. El trabajo bien hecho, es muy gratificante y se duerme mejor. También les diría, que sean humildes, honestos consigo mismos y aprendan a conocer sus propias limitaciones. Es importante saber delegar decisiones y fundamental hoy en la odontología moderna, el trabajo en equipo”, concluyó el Dr. Erwin Quaassdorff.
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